¡Tomamos la Embajada! CasaDecor Madrid presenta bajo este lema el edificio que alojará la edición 2013.
De esta manera, ¡TOMAMOS LA EMBAJADA! es el leitmotiv que inspira esta nueva edición de Casa Decor, siempre en la búsqueda constante de la innovación aplicada al interiorismo, que dé respuesta a las necesidades de la sociedad moderna.
La transformación de un edificio de oficinas diplomáticas en espacios habitables, modernos y que representen las viviendas del futuro, es el reto que Casa Decor propone a los interioristas, arquitectos y diseñadores en Madrid 2013. El objetivo es transformar un edificio que cuenta con una morfología específica, ya que ha sido diseñado como sede diplomática.
Construido en 1966, donde se alzaba el palacete del Marqués de Álava, el edificio de la antigua Embajada Británica cuenta con 3.900 metros cuadrados edificados en forma circular, en torno a un gran patio central.
El revestimiento exterior, de hormigón y granito gris, juega con las líneas geométricas de las ventanas, que dibujan una cenefa neoclásica.
Organizado en tres plantas, cuenta con casi 90 espacios destinados a oficinas, que se suceden uno tras otro, comunicados por pasillos circulares.
Además, posee una amplia zona exterior y un basement que se utilizó como zona social de los diplomáticos, con piscina, bar, duchas y otras dependencias, en las que desarrollaban múltiples actividades de sus consejerías de cultura y comercio.
Al ser concebido como sede diplomática, el edificio posee unas condiciones específicas de seguridad, control y autonomía, propias en este tipo de construcciones.
Otro de los alicientes del emplazamiento, es que es inevitable percibir en este escenario el espíritu de los sixties, una época ecléctica, vibrante e innovadora, que consolidó el British Style, su elegancia y refinada atemporalidad. Una ambientación que nos traslada a las películas de James Bond, a la música de The Beatles y a la British Invasion, y a las memorables minifaldas de Twiggy.
Casa Decor vuelve a celebrarse en un barrio conocido y muy apreciado, que ya albergara las exitosas ediciones de los años 1997, 1998, 1999 y 2000. Desde finales del siglo XIX, y a raíz del Ensanche de Madrid, el barrio de Almagro se pobló de palacetes y magníficos edificios residenciales de la aristocracia española. Poco a poco también se convirtió en lugar preferido de las embajadas para emplazar sus sedes (además de la británica, están o han estado, la de Finlandia, Argentina, Brasil…).
Actualmente, hoteles de lujo y restaurantes de moda han encontrado en este discreto y tranquilo barrio, el entorno perfecto para desarrollar sus actividades, ya que se encuentra a un paso de la Plaza de Colón y colinda con La Castellana, el barrio de Salamanca y el distrito Centro.
