El estudio de un artista en Nueva York, hecho con containers de carga.
La estética de reciclaje industrial que suelen adquirir los espacios creados con containers poco tienen que ver con este estudio de un artista, situado en el corazón de un frondoso bosque del estado de Nueva York. El despacho Maziar Behrooz Architecture ha conseguido con este sistema diseñar y construir un anexo de doble altura de un modo rápido, económico y estéticamente muy acertado.
Muchas han sido las experiencias de utilizar containers como habitáculos o estructuras para crear espacios arquitectónicos de manera rápida y económica, aunque los resultados a menudo no superan una intención experimental. En este caso, el cliente solicitó a los arquitectos una anexo a su vivienda donde pudiera albergar su estudio, un espacio que imaginaba acogedor e integrado en el paisaje, aunque contaba con un presupuesto limitado.
Los arquitectos de Maziar Behrooz Architecture han utilizado dos contaniers contiguos situados sobre un espacio escavado en el suelo con cimientos de hormigón, para crear este estudio de dos plantas. La estructura se ha abierto con grandes ventanales, y los containers se han pintado por fuera de color negro carbón de acuerdo con el color de la casa principal. En el interior, las paredes blancas y alguna pieza de mobiliario contemporáneo transforman el estudio en un espacio luminoso y agradable, ciertamente alejado de experiencias estéticas experimentales o radicales.