Calatrava, entre la genialidad y la controversia: un legado de formas estructurales
Su nombre se cuela entre los máximos referentes de, no sólo la arquitectura española, sino la contemporánea gracias a su espíritu racionalista y romántico a la vez. ¿Qué hay detrás de Santiago Calatrava más allá de la Ciudad de las Artes y las Ciencias?
Innovación estructural, materiales modernos, formas orgánicas y esculturales. La arquitectura de Santiago Calatrava puede describirse en varias definiciones. Aunque a menudo sus obras generan controversia, su nombre es uno de los de más peso de la arquitectura española en todo el mundo, gracias a su carácter vanguardista y su capacidad para haber realizado obras en diferentes países.
Nacido en Benimámet (Valencia) en 1951, Calatrava se encontró con la arquitectura de manera casi accidental, en una primera visita a la catedral Notre Dame de París. Estudió en su Valencia natal y se mudó a Zúrich, donde radica actualmente, para seguir perfeccionándose con un posgrado en Ingeniería. La combinación de arquitectura, ingeniería y también escultura marcaron el pulso del estilo de Santiago Calatrava.
El modernismo también es una corriente trascendental de su obra, reinterpretado con materiales de la actualidad y estructuras monumentales. Su primer gran encargo fue la estación de ferrocarril de Stadelhofen en Zúrich, donde Calatrava supo combinar el estilo art nouveau con reminiscencias del modernismo de Gaudí. Ya en ese edificio, el arquitecto valenciano comenzó a trabajar puentes y pérgolas de vidrio que se volvieron característicos en el resto de sus obras.
Más allá de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia
Sin duda, la Ciudad de las Artes y las Ciencias es la obra más representativa de Calatrava. Convertido en un símbolo de Valencia, el espacio se concluyó en abril de 1998 en un trabajo en conjunto entre Calatrava y Félix Candela.
Más allá de esta obra, que hoy en día sigue generando controversia por su funcionalidad e impermeabilidad, Calatrava ha dejado su huella por todo el mundo. En España destacan la Torre de Telecomunicaciones en Montjuic (Barcelona), diseñada en el marco de los Juegos Olímpicos de 1992, o el puente de Lusitania en Mérida.
La majestuosidad de sus obras las vuelve características de las ciudades donde las construye, como el auditorio de Tenerife, con forma de ola o vela, así como también el palacio de congresos y exposiciones de Oviedo. Allí, Calatrava derramó todo su conocimiento en cuanto al uso de acero y vidrio.
Dublín, Buenos Aires, Nueva York o Dubái son algunas de las ciudades que también cuentan con obras del arquitecto valenciano. En la capital argentina diseñó el Puente de la mujer, cuya estructura giratoria, está inspirada en una bailarina de tango. Una de sus últimas obras es Oculus en Nueva York, que forma parte del complejo del World Trade Center, cuya estructura evoca la forma de un pájaro desplegando sus alas.
De grandes premios a la controversia
Mucho se lo ha criticado a Santiago Calatrava por la poca funcionalidad de alguna de sus obras o el excesivo presupuesto que las mismas requieren. Su trabajo genera controversia por lo repetitivo o el poco respeto al entorno donde se construyen.
Sin embargo, Calatrava ha logrado varios reconocimientos en todo el mundo. Con estudio con sedes en Valencia, Zúrich, París y Nueva York; el arquitecto ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1999 y en 2005 el Premio Nacional de Arquitectura.