¡Más madera! Un apartamento muy atípico en la costa alicantina.
Esta singular casa de vacaciones era una vivienda estándar de promoción. Gracias al proyecto de interiorismo de Manuel Garcia, ahora es muy cálido, práctico y tiene un estilo muy personal.
Un diseño creado a medida
Situado en la costa alicantina de Moraira, la casa, de 100 m2, se ha distribuido según el gusto y necesidades de los propietarios que querían que su apartamento fuese cálido, práctico y muy personal. Cuenta con un recibidor, dos amplios dormitorios, dos baños y una zona de día, que incorpora en el mismo espacio cocina, comedor y salón con terraza.
Los interioristas Manuel García y Belén Moratalla han mantenido la distribución original del apartamento con ligeros cambios. Han unido dos dormitorios contiguos para montar el principal, ganando además espacio para crear el recibidor. También han eliminado el cerramiento de la cocina. Así se logra un espacio abierto y se acorta el largo pasillo. El resto de habitaciones se mantienen igual.
Muebles multifunción para la cocina
La cocina es sencilla y muy funcional, como corresponde a un apartamento de playa. Para la encimera se ha elegido Silestone; y para la zona de columnas, el tablero de Finsa acabado en Roble Aurora. Con este material se ha diseñado un práctico mueble que se adentra en el salón y establece un diálogo con el resto del mobiliario. El volumen, que integra varias pantallas de plasma, sirve para almacenaje en sus dos caras. Por el lado de la cocina, para guardar el menaje, y el comedor, para el servicio de mesa.
La pieza integra a su vez la mesa de comer. Un tablero pétreo Ceppo di Gre, de Inalco que corta el volumen y que queda ligeramente suspendido. Una estructura metálica y un vidrio de canto sostienen el peso de la mesa volada. El suelo, a tono, también en roble es el laminado Oak de Meister. Pocos y escogidos muebles de diseño contemporáneo completan la decoración.
La madera la gran protagonista
Desde la entrada ya se distinguen los materiales principales: el porcelánico y los tablones de madera alistonada de la firma Finsa. Aquí destaca en el armario de cortesía integrado en el hall. Este trabajo de carpintería a base de listones se repite en los cabezales de los dormitorios, el frente del vestidor y el volumen que protagoniza el salón. La madera trabajada así es el nexo conductor y aporta a la decoración textura, elegancia, equilibrio y serenidad. Los lacados en azul, y el negro, el necesario contraste.
Dormitorios sobrios y cálidos
El dormitorio infantil cuenta con una cama una nido inferior y estantes para almacenaje. El cabezal alterna zonas acanaladas y lisas. La madera se conjuga aquí con tonos canela y salmón para suavizar el ambiente dedicado a los niños.
La cama y la pared frontal son de esta misma solución de madera y dan calidez al espacio. Unas puertas correderas, que intercalan paños lisos y con ranuras, dan paso al vestidor y al baño principal. Para los dos baños, conectados, se escogió Silestone, un porcelánico en tono piedra, y mobiliario a medida en acabado roble. Su diseño es práctico y a la vez depurado. Destaca el vidrio opal que, incorporado, sobre el inodoro del baño de la habitación principal, conecta ambos aseos y consigue que entre luz natural al baño común.
La iluminación está especialmente diseñada para potenciar el uso de la luz indirecta. Los tonos claros contribuyen a lograr esa estética tan serena, mediterránea y personal que ha sido el objetivo principal de este proyecto. Su idea de conseguir un aire mediterráneo, a la vez natural, sobrio y discreto para este apartamento de playa está más que conseguida.
Fotos: Miguel Ángel Cabrera