La mayor obra de Nendo: un mega complejo comercial en Bangkok.
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El proyecto abarca tanto el exterior como el interior de este edificio de cinco plantas y 40.000 m2 de superficie. La marca tailandesa Siam Piwat invitó al estudio a desarrollar en él un concepto híbrido entre gran almacén y centro comercial.
En lugar de clasificar los productos por marcas, como suele hacerse en los grandes almacenes, los diferentes puntos de venta se presentan a los clientes ofreciendo una amplia gama de experiencias de estilo de vida, que incluyen un digital lab, un street lab, un creative lab y un play lab.
Este concepto de ‘laboratorio de vida’, proporciona a Nendo un hilo conductor que se reinterpreta a lo largo de 13 espacios. Motivos inspirados en probetas, tubos de ensayo, diagramas de estructuras moleculares y demás equipamiento de laboratorio se utilizan en todo el interior, subrayando la idea de que se trata de un espacio para la creatividad y la experimentación.
El edificio original contaba con una estrecha fachada y una planta alargada cuyo resultado era una pobre afluencia de visitantes en la zona delantera. Para hacer frente a este problema, los numerosos atrios circulares existentes se ampliaron y se unieron para crear un espacio con forma de cañón, de una profundidad de 58 m, que atrae a los visitantes a la parte posterior del edificio.
Complementariamente, una estructura formada por 202 prismas, con monitores de video, señalización digital y expositores de mercancía se ha situado a lo largo de uno de los lados del atrio, desempeñando el papel de directorio para toda la tienda.
Este muro tiene también el objetivo de atraer a los visitantes a los pisos superiores ya que se extiende hacia arriba desde la primera hasta la cuarta planta.
Para el diseño exterior, se decidió abrir el edificio al máximo, suprimiendo todos los muros y las limitaciones estructurales que fueran posibles, con el fin de eliminar la antigua sensación de opresión. Sin embargo, debido a que en Bangkok es importante controlar el intenso calor del sol, se ha creado una fachada de doble piel con un despiece relacionado con el muro de ‘cajas apiladas’ del atrio.
Al concebirse el espacio comercial como una combinación entre gran almacén y centro comercial, se trabajó tanto en el diseño de los espacios comunes, como en el de las zonas de venta al por menor.
De esta manera, los acabados de suelos y techos de ambos ambientes se mezclan de manera gradual, ofreciendo la sensación de que se trata de diferentes materiales que se diluyen entre si. Con este efecto se crea un entorno en el que el público se siente relajado y no duda en acercarse a las tiendas.
Por último, se ha creado un personaje llamado Discovery Man como símbolo para el complejo comercial. Expresa la curiosidad intelectual y la creatividad, y su cabeza es un cubo como los utilizados en todo el diseño del edificio, con la parte superior ligeramente abierta. El personaje sirve como guía, y durante el evento de apertura, 30 creadores de Tailandia y del resto de Asia fueron elegidos para pintarlos y personalizarlos como decoración del espacio.
Fotografías: © Takumi Ota