Sommos ‘vacía’ una casa tradicional gallega para vivir y trabajar.
La edificación original, de dos plantas y bajo cubierta, constaba de muros de piedra enfoscados de cal y estructura de vigas de madera con cubierta de teja, todo en estado de deterioro avanzado. Además del volumen principal, la parte posterior de la finca contaba con una construcción anexa – unas antiguas cuadras – y un acceso rodado particular.
Es ahí precisamente donde se genera un microcosmos particular mediante unas visuales controladas a un pequeño jardín, aliadas a la orientación vespertina, que generan el concepto de hogar.
En el interior, las características de la estructura permitían crear en planta baja un espacio diáfano extraordinariamente versátil para el desarrollo de la actividad profesional. De esta manera, se vació y se eliminó todo el interior manteniendo únicamente los muros exteriores con sus huecos de fachada.
Por la cara interior de esos muros se recuperó la piedra, limpiándola y rejuntándola nuevamente para mantener ese espíritu de la vivienda típica de la zona. Por la cara exterior se mantuvo el aspecto original sin ninguna modificación en los huecos y enfoscado blanco con dinteles en gris como el carácter del resto de las viviendas de la zona.
El pavimento se rehizo de hormigón pulido en todas las plantas con el objeto de conseguir un mejor aprovechamiento de calor para el suelo radiante y por decisión estética.
La estructura de vigas de madera se eliminó completamente debido a su estado de deterioro y se colocó un forjado de chapa colaborante con vigas de hierro que permitía en menos espacio cargar con el peso de los muros y así poder ganar alturas en las plantas. El diseño de la escalera en hierro perforado y con ese hueco a triple altura iluminado por una claraboya, permite la comunicación visual vertical en toda la edificación y sirve al mismo tiempo para distribuir los espacios en las plantas a ambos lados.
En la planta baja el volumen de las antiguas cuadras lo ocupa la cocina, interiormente recubierta con madera de OSB en techo y pared, y comunicada con la sala a través de dos huecos en piedra que mantienen la estructura original. El mobiliario de la cocina, diseñado por el estudio, se compone de una zona de armarios lacados blanco y una isla central con el mismo acabado y encimera de Krion. Junto a ella se ubica una mesa de madera de roble natural diseño de Nordicthink, acompañada de sillas de Carl Hansen e iluminada por una lámpara de Louis Poulsen. La estantería String en gris, aporta carácter a la pared de piedra enfrentada a los armarios. La isla se complementa con unos taburetes de Muuto para desayunos, meriendas y alguna cena informal.
La sala de estar destaca por su carácter luminoso y acogedor. Se ha amueblado con piezas de diseño escandinavo en su mayoría, como el sofá Mag de Hay y las butacas de Carl Hansen en madera y cuerda, diseño de los años 50. Igualmente, el aparador es de la marca Zweed, la mecedora de Fredericia y los complementos de Ferm Living.
La zona de despacho destaca por su funcionalidad. Una estantería de hierro lacado en negro se combina con una mesa de caballete de Hay y sillas de Muuto en tonos empolvados. La iluminación se resuelve con piezas de la firma Davide Groppi.
Los volúmenes de madera de pino esconden los servicios de la vivienda, en planta baja un aseo y almacén y en planta primera los baños. Los accesos se solucionan con puertas de bisagras ocultas para evitar los marcos de las puertas.
De esta manera, además de la marcada horizontalidad del edificio, aprovechando la escalera y el hueco que la acompaña, se enfatiza la verticalidad mediante la textura unificada de los volúmenes de servicios en las tres plantas. Con ello se enlazan creando un único conjunto.
El aseo en planta baja como características tiene el pie del lavabo realizado con un tramo de saneamiento de hormigón prefabricado y la iluminación que se realiza con unos led y policarbonato en la pared.
La planta primera se distribuye en dos dormitorios con sus dos baños en la que el armario que discurre por el pasillo cumple a su vez la función de vestidor, distribuidor y esconde el dormitorio infantil.
Por último, en el faiado o espacio bajo cubierta, se habilita otro espacio multifuncional, pero esta vez relacionado con el hogar.
Fotografías: © Paco Rocha