Gordon Matta-Clark estudió arquitectura pero su gran obsesión no fue construir, sino diseccionar edificios. El coleccionista chileno Harold Berg, afincado en Barcelona desde hace veinte años, ofrece ahora la oportunidad de conocer las intervenciones del artista neoyorquino gracias a unas fotografías que documentan sus célebres «building cuts» (cortes efímeros en edificios) y que ayer dejó en depósito en la Fundación MACBA. Hasta ahora el museo barcelonés tenía alguna película y dos fotografías del artista, pero gracias al legado de este coleccionista se ha convertido en la casa de Matta-Clark, donde en 2012 está prevista una exposición sobre su obra.
Berg cede 44 fotografías en blanco y negro (25 x 20 centímetros) y lo hace para reivindicar a los cuatro vientos la importancia de este amante de la «performance» dentro del arte contemporáneo. «Llevo muchos años detrás del legado de Matta-Clark y sigo comprando obra suya. Fue un hombre fascinante que exploró y abrió nuevas perspectivas, replanteó y forzó nuevas formas de mirar y entender el arte además de ser un gran bailarín, un gran escultor y un dibujante compulsivo», subraya Berg.
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