Viruta Lab ha ha sido el estudio encargado del interiorismo de ‘The Hair Clinic by Laura Caicedo’ en Valencia. Una clínica capilar con un espacio cálido y luminoso donde la armonía, la geometría y la magnificencia de la arquitectura griega son palpables.
De inspiración mitológica
El estudio valenciano Viruta Lab ha proyectado un espacio de curvas amables, tonos cálidos y materiales nobles para esta clínica capilar en Valencia. La nueva sede de ‘The Hair Clinic’ de la doctora Laura Caicedo se presenta como un auténtico templo del bienestar en el que el cuidado y la calidad son imperantes.
De esta forma, María Daroz y David Puerta, cofundadores de Viruta Lab, han encontrado la inspiración en la belleza de la larga cabellera de Afrodita. Una nueva clínica que plasma el empoderamiento, el magnetismo y la libertad de esta diosa de la mitología griega. Sin duda, se trata de un espacio de 245m2 que evoca el renacer del folículo capilar en su interior.
Tres bóvedas vertebran el espacio
Viruta Lab ha dibujado una clínica capilar sin artificios. Un espacio delicado y desnudo que habla de armonía y serenidad. En él, se ha buscado representar el equilibrio, la geometría y la magnificencia de la arquitectura griega clásica. Este concepto se ve reforzado por las tres bóvedas de cañón que articulan las principales estancias. Un recurso arquitectónico de obra nueva diseñado en alusión a la geometría circunforme del folículo capilar.
Así pues, cada bóveda delimita un espacio y define la zonificación de la clínica. La primera se presenta a la entrada del local dando la bienvenida a este templo del bienestar. En la segunda se encuentra la sala de espera, una zona con iluminación íntima y difusa que evoca relax y tranquilidad. La última bóveda corona el camino que conduce al usuario hacia la zona de intervención. Tres bóvedas que potencian la nobleza de las curvas mientras elevan la sensación de altura y espacialidad.
Materiales nobles, formas curvas y geometría ornamental
El interiorismo de esta clínica capilar en Valencia ha sido cuidado al detalle para generar una atmósfera suave, cálida, equilibrada y acogedora. Para ello, Viruta Lab ha optado por crear un espacio de materiales nobles, tonos calizos, iluminación tenue y curvas amables y geométricas.
En el plano de la materialidad, reina la pulcritud y contundencia del mármol y las piezas porcelánicas. Los mostradores en forma de U y revestidos con cerámica se presentan como icónicos monolitos que generan circulaciones flexibles y fluidas. Por su parte, el pavimento se ha vestido con parquet de espiga, un material que aporta calidez y sofisticación.
Además, la paleta cromática sigue la línea de la sencillez y la completa armonía. Un espacio exento de policromías en el que los colores hablan de los cabellos más naturales. Para ello, se han empleado tonos blancos, platinos, siena o tostados. Colores neutros que conforman el escenario perfecto para una experiencia premium y personalizada.
Fotografía: David Zarzoso
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