Siguiendo nuestro recorrido por los Premios FAD de este año, hoy os presentamos Twin Twin, uno de los seleccionados en la categoría de Interiorismo. Un espacio en Madrid, que resuelve la necesidad cada vez mayor de nuestras ciudades de disponer de espacios no programados para satisfacer las necesidades inciertas de sus habitantes.
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Sus autores, Pepe Susín y Gonzalo del Val, dan respuesta al deseo de Olga Vallejo Fotógrafo + La Parra Coworking, que querían un espacio «contingente y afectivo que favorezciera las relaciones sociales y laborales». Abierto y flexible, el lugar puede ser utilizado como estudio de fotografía, centro de coworking, lugar para eventos, showroom, escuela o taller, con la capacidad de simultanear estos programas tan variados.
El ajustado presupuesto determina la localización, en un área periférica y de salida de la ciudad de una de las arterias más conocidas de Madrid, la calle Alcalá. Un local con entrada por un callejón peatonal perteneciente a un conjunto de viviendas sociales de los años 60, degradadas y de baja calidad, y situado en un semisótano poco iluminado.
Lograr un máximo aprovechamiento, compartir servicios y participar del callejón de acceso son las premisas en torno a las cuales se organiza todo el local, dividido en dos zonas gemelas para poder así simultanear programas y hacer realidad los deseos de la propietaria.
Una pieza común, compacta y revestida de un llamativo color turquesa separa las dos zonas, con todos los servicios e instalaciones necesarias en su interior. Ambas comparten climatización, baños, cocina, taquillas y entrada, lográndose así el máximo aprovechamiento del local.
Con la estructura de hormigón vista, en el interior se ha optado por materiales sencillos como la madera de pino, el ladrillo visto o los enrejados metálicos, que dan lugar a una estética industrial. Una diagonal cruza la planta y divide el pavimento en dos zonas con acabados muy distintos: terrazo y hormigón pulido.
En la fachada se ha dispuesto un espacio intermedio entre interior y exterior, que sustituye al muro de ladrillo original. Una suerte de filtro vegetal, que a modo de velo de seguridad y contenedor de afectos hace más atractivo tanto el interior del local como el paso por el callejón.
Fotografía: David Diez
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