Diseño

Sofisticación y Art decó en los apartamentos de Sybille de Margerie en el renovado Hotel Mandarin de Ginebra.

Mariola Montosa

19 septiembre 2013

Tras dos años de renovaciones, el Hotel Mandarin Oriental de Ginebra reabre sus puertas con novedades en la sexta planta: varias suites de lujo concebidas a modo de apartamentos que buscan proporcionar confort sin perder sofisticación. La diseñadora francesa Sybille de Margerie se ha ocupado del interiorismo, que destaca por un cierto aire art decó y la mezcla en todas sus formas y colores.

En los dibujos, en las texturas. Círculos en el suelo, rectángulos en las paredes, rayas en los sofás. Esta combinación de elementos, al contrario de lo que pudiera parecer, busca armonía y una atmósfera relajante, señas de identidad del Grupo Mandarin Oriental y de SM Design, el estudio de Margerie, el cual también se ha encargado del sucursal parisina del grupo.

Detalles exclusivos y lujo refinado marcan el interiorismo de los ‘Mandarin Floor’, que se dividen en tres categorías: las Junior River Suites, las Deluxe Suites y la Royal Mandarin Suite, la más exclusiva del hotel, con tres dormitorios.

La mezcla no es gratuita. De Margerie ha querido reflejar el entorno de una ciudad que ya de por sí mezcla tradición, presente y naturaleza. Y más teniendo en cuenta que las nuevas suites tienen vistas al casco antiguo de la ciudad y al río Ródano, dada la ubicación del hotel en las orillas del mismo.

Esto explica la cantidad de color de las espaciosas habitaciones. En las paredes, en las cortinas, en las moquetas del suelo. Su objetivo es recrear los paisajes de la ciudad: los colores del otoño, del río, de la luz…

Lo cual se traduce en una paleta de rojos, fucsias y violetas que contrastan con tonos de plata y oro. Un resultado sofisticado y vibrante al mismo tiempo.

Variedad también de texturas. Materiales rugosos para las cortinas, moquetas para los suelos, papel para las paredes, muebles tapizados, tejidos de raso, superficies acristaladas.

La diseñadora se ha inspirado también en la geometría de la fachada del edificio. Así pues las líneas rectas del conjunto se mezclan con curvas sinuosas como las de las lámparas de pie.