Como réplica a la omnipresencia de los dispositivos móviles en nuestras vidas, el estudio de arquitectura noruego Gartnerfuglen ha creado esta cabaña móvil de pescador para refugiarse de la tecnología moderna.
Este pequeño refugio para la “no disponibilidad” se adapta a las diferentes estaciones del año y se ha construido con y a partir de la naturaleza.
Se trata una construcción plegable, de fácil transporte y almacenamiento, que puede ser levantada por una o dos personas en 30 segundos y sin esfuerzo.
Una vez montada, los muros y la cubierta de tela de gallinero se rellenan con agua del lago, con el fin de crear una piel de hielo que ofrece una eficaz respuesta a las extremas condiciones invernales.
Los paneles de hielo contribuyen también a filtrar la fría luz de las puestas de sol en el interior de la cabaña, que se convierte en una cápsula de aire caliente y tranquilidad.
Para su iluminación se utiliza una vela, creándose el efecto de una linterna.
Cuando la climatología mejore, los autores del diseño esperan que las paredes desnudas de tela de gallinero sirvan de soporte a las plantas trepadoras, que proporcionarán aire fresco a los ocupantes del refugio. Especies como los guisantes dulces, los tomates y los pepinos aportarán además la ensalada de la cena.
Reportaje de Aranza Álvarez. Fotografías cortesía de Gartnerfuglen
DESCUBRE

Arquitectura
Este proyecto recupera una casa de pueblo desde el respeto y la memoria

Arquitectura
Habitar la ruina: la transformación de una casa de los años 60 que ha sabido conservar sus cicatrices

Arquitectura
No edificar más, sino mejor: dos viviendas en Mallorca construidas desde la memoria

Arquitectura