En los últimos años los Bed & Breakfast han proliferado en las grandes ciudades, y algunos de ellos están muy bien resueltos. Este es el caso de Casa Mathilda, uno de los proyectos más recientes del estudio de Bárbara Aurell, Espacio en Blanco. El pequeño hotel está ubicado en pleno Ensanche de Barcelona, en el piso principal de una finca de principios del siglo XX. Aunque la sensación que da su interior es la de estar en una casa post-modernista situada en un lugar de veraneo de la época.
El proyecto está pensado para que los huéspedes se sientan como en casa y, realmente, este estudio lo ha conseguido. Se ha prescindido de ornamentaciones en pro de la racionalidad y la personalidad del propio espacio, estas premisas son las que lo hacen tan cercano y acogedor.
Bárbara Aurell ha llevado a cabo un minucioso trabajo de recuperación de los elementos originales de la finca. Desde los picaportes de latón hasta los suelos en madera de roble, que se han combinado con baldosas hidráulicas actuales, creando así un ambiente con personalidad propia.
Aurell ha reubicado también las altísimas puertas originales con vidrieras, utilizándolas como puertas correderas de algunas zonas comunes de Casa Mathilda. Varias molduras originales de los techos han sido reconvertidas en marcos de espejos y estanterías, que, junto con el mobiliario de estilo vintage combinado con algunas piezas de iluminación de diseño nórdico actual, crean una atmósfera muy cálida y personal.
La idea era transmitir confort y tranquilidad a los huéspedes de Casa Mathilda, crear un ambiente relajado en medio de la ciudad. Las tonalidades pastel de las baldosas hidráulicas, los tonos suaves de telas y cortinas y el color verde utilizado en las paredes, ayudan a crear esa sensación en todos los espacios. La luz que entra por todas partes es una buena compañera para conseguir esta armonía.
“Si tuviera que definir este hotel lo haría como un espacio creado por personas para personas” declara Bárbara Aurell. “He querido huir de los alojamientos impersonales y fríos. Gracias a la distribución de los espacios y a la filosofía de su propietaria, los huéspedes se encuentran como en casa. Pueden circular libremente por la cocina y los espacios comunes, incluso organizar sus propias cenas”, añade la interiorista.
Casa Mathilda cuenta con 14 habitaciones, todas ellas con luz natural procedente de los grandes ventanales con que cuenta la finca. Algunas de las estancias tienen acceso directo a la terraza, la joya de Casa Mathilda, que da a un patio interior de manzana, un oasis que permite evadirse del bullicio de la ciudad. Este alojamiento cuenta también con 4 habitaciones con una zona chill out apta para familias.
Además, Assumpta Baldó, la propietaria, prepara unos desayunos deliciosos con tartas caseras, zumos naturales, frutas de temporada y distintos tipos de panes artesanales. Vamos, que nos estamos planteando ir a veranear unos días a Casa Mathilda. ¿Alguien se apunta?
Casa Mathilda
Carrer de Roger de Llúria, 125-127
08037 Barcelona
+34 935321600
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