«Algunos me llaman loco, otros me llaman genio». Con estas palabras Thomas Land presentará su proyecto The Man Who Grows Objects el próximo noviembre en Frisches Design, en Núremberg, Alemania. Un proyecto original y sorprendente en el que se conocerán los curiosos frutos de su huerto.
Land se define a sí mismo como «un botánico y alquimista romántico, que considera que el diseño de los objetos debe ser un proceso mucho más natural, en el que volver a los orígenes, las raíces». En el vídeo en que se presenta, se pueden conocer sus labores en el huerto:
«The Man Who Grows Objects» from The Man Who Grows Objects on Vimeo.
El fruto de su trabajo como botánico y agricultor a pequeña escala es una serie de objetos que ha ido desarrollando a través del uso de mezclas de semillas de la mayor calidad, materiales y una pizca de los objetos a reproducir. Y lo que no puede faltar de ninguna manera: ¡un poco de imaginación, claro!
Así, encontraremos en la muestra de «diseño eficiente» en tierras alemanas productos como el Terraipodo Salatina, la frondosa planta Pencilis Arboriensis, y el sorprendente Cucurbis Necklis.
Land se ha traído de los valles de California el ingrediente mágico de Terraipodo Salatina: mp3ana musicarea, inventado por el desconocido botánico Stefan Jobs. Esta especie de difícil germinación en GEMAland requiere cuidados especiales como agua corriente (streaming) y enterrarla tres veces seguidas si no funciona.
Después de visitar la fábrica de Faber Castell en 2009, Land se dio cuenta de que los lápices son los objetos más usados y útiles para los diseñadores, así que decidió convertirlos en su primer proyecto. Así que empleó el mejor grafito de los Alpes, la mejor madera de Siberia y los restos de afilar algunos de sus lápices para conseguir la mezcla perfecta. Pencilis Arboriensis es un arbusto del tamaño de un bonsái que produce tres lapiceros diferentes a lo largo del año: duro, medio y blando.
El último producto de la extraordinaria huerta de Land es Cucurbis Necklis, que se basa en las ostras de perlas para crear collares en el interior de calabazas. Como ingredientes base que han servido de abono, tres metales: estaño, cobre y plata. La forma del collar depende del tipo de calabaza escogida, por supuesto.
Las ilustraciones son obra de Philipp Zurmöhle.
Frisches Design Del 7 al 9 de noviembre AEG Halle 15, NürnbergTemas relacionados
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