Madrid Río es el mayor trabajo de urbanización de un espacio hasta ahora inhóspito y de espaldas a la ciudad y a la naturaleza que se ha realizado en Madrid en las últimas décadas. La recuperación del entorno del río Manzanares ha sido uno de los proyectos urbanisticos más ambiciosos de Europa. Las obras han durado desde 2005 hasta este mismo año y el proyecto ha contado con un presupuesto de 420 millones de euros.
Todo surgió cuando los estudios de arquitectura madrileños Burgos & Garrido, Porras & La Casta y Rubio & Álvarez-Sala, unidos bajo la denominación Mrío Arquitectos Asociados. La unión de los tres estudios ganó el concurso internacional de ideas convocado por el ayuntamiento de Madrid para concebir y proyectar los espacios del entorno del río Manzanares, que quedarían libres una vez soterradas las autopistas de circunvalación que rodean la capital.
La M-30 fue soterrada entre 2003 y 2007 en el ámbito del río, lo que eliminó el tráfico en superficie y liberó unas 150 hectáreas. Y tras construir los túneles, afloraron espacios desocupados y grises, pero con un gran potencial.
Mrío Arquitectos Asociados propuso, junto a la oficina holandesa West8, la solución para la construcción de un parque urbano de más de 120 hectáreas, que ocupa toda la superficie liberada tras soterrar las vías rápidas.
El concepto parte de la idea de que “es posible conectar la ciudad, expresión máxima de la acción artificial, con los territorios del norte y sur de Madrid”, indican los arquitectos. Así, dentro de este nuevo espacio, el río ha pasado a ser una puerta abierta entre el interior urbano y el exterior.
El proyecto incorpora el río como una doble línea, una fachada, que configura espacios verdes unidos entre sí y que se infiltran en la ciudad, aumentando la calidad de vida de los barrios limítrofes y protegiendo el patrimonio histórico.
Madrid Río está realizado sobre un túnel de hormigón, que cubre la autopista M-30, de más de seis kilómetros de longitud, que emerge sobre el suelo con una topografía “con la que ha sido necesario negociar”.
La solución adoptada sobre esa estructura ha sido utilizar la vegetación como principal material de construcción, una densa capa vegetal, casi forestal que crea un paisaje vivo sobre un subsuelo inerte y excavado para el automóvil.
El proyecto se divide en tres unidades de paisaje: el salón de pinos, por la margen derecha del río, que forma jardines de ribera; el enlace del centro histórico, con el imponente Palacio Real, con la Casa de Campo, un parque de más de 1.700 hectáreas; y, finalmente, una ancha franja sobre la ribera izquierda con el parque de la Arganzuela que incluye el centro de creación de arte contemporáneo de Matadero.
Además de garantizar la coherencia entre estas tres grandes operaciones paisajísticas, el proyecto incluye 150 intervenciones, como puentes (hay más de 20 sobre el río), restauración de presas o pasarelas.
Puedes leer más sobre Pasarela Arganzuela de Dominique Perrault en diarioDESIGN
Ficha técnica
Madrid Río Cliente: Ayuntamiento de Madrid Arquitectos: Mrío Arquitectos Asociados (Burgos & Garrido, Porras & La Casta y Rubio & Álvarez-Sala y West8) Presupuesto: 420 millones de euros Superficie: 120 Ha. Superficie de espacios deportivos y rotacionales: 6 Ha (incluídas dentro de las 120 Ha.) Fecha: 2005-2011
Fotografías de Ana Müller y Jeroen Musch
DESCUBRE

Arquitectura
Habitar la ruina: la transformación de una casa de los años 60 que ha sabido conservar sus cicatrices

Arquitectura
No edificar más, sino mejor: dos viviendas en Mallorca construidas desde la memoria

Arquitectura
Reprogramar la oficina: el futuro del trabajo se diseña desde el espacio

Arquitectura