La fuerza de la piedra sobre la naturaleza, por Martín Azúa.

Elena Minguela

25 noviembre 2014

Un jarrón de barro deformado por el peso de una piedra. La fuerza de la naturaleza en estado puro es la inspiración de Martín Azúa para crear una colección de vasijas sin artificios y llena de honestidad.

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Estos «jarrones con piedras», que no necesitan de ningún otro nombre para transmitir su esencia, son la continuación del trabajo que Martín Azúa inició en 1998 cuando abandonaba jarrones de cerámica porosa en un río para capturar la Mancha Natural. En esta ocasión, reivindica la capacidad de un elemento natural para establecer un diálogo con un oficio tradicional: las piezas han sido diseñadas por Azúa, y producidas con la colaboración del ceramista Marc Vidal.

El proyecto muestra la belleza de los objetos en apariencia poco refinados: jarrones de barro blanco con piedras de Colera, un municipio costero de la Costa Brava. Las piedras son objetos singulares que de alguna manera nos remiten a un paisaje, al paisaje del litoral catalán en este caso concreto. Los jarrones interactúan con la piedra en su fase plástica, para crear un jarrón único. Son piezas firmadas y numeradas y se entregan con la piedra que los ha creado.

Los jarrones son de cerámica muy porosa que deja filtrar el agua, no están pensados para contener flores sino como un elemento bello por sí mismo.

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