Cuando el estudio neoyorquino Grzywinski + Pons recibió el encargo de diseñar esta casa de campo situada en el estado de Nueva York, les entusiasmó la claridad con la que el cliente enunció el programa, y el hecho de que, aunque era importante no salirse del presupuesto, éste estaba abierto a las modificaciones que pudieran surgir durante el proceso de diseño. La casa fue concebida como un complemento y un retiro del apartamento de la ciudad, y a la larga podría convertirse en la residencia principal.
El cliente quería que la vivienda contase con una casa de huéspedes anexa en la que se pudieran alojar sus ancianos padres durante sus prolongadas estancias en la costa oeste, y que se pudiese a la vez alquilar por días con el fin de ayudar a sufragar gastos.
Otra petición fue la de crear un edificio muy abierto a los hermosos alrededores, pero que fuera también seguro y se pudiese cerrar completamente durante los largos períodos en los que estuviera desocupado.
El cliente – que planeaba pasar largas estancias de la casa en solitario – pidió además que los arquitectos diseñaran un dormitorio principal en la segunda planta totalmente conectado con el exterior (tanto física como visualmente) pero que fuera a la vez un espacio tranquilo durante la noche.
Los autores del proyecto prestaron especial atención a las vistas, al soleamiento durante las diferentes épocas del año, y a la integración de los espacios interiores y exteriores. También se trató de que la vivienda fuera sostenible y energéticamente eficiente, pero que ese factor no condicionase su estética. La casa fue construida con ICF (Insulate Concrete Forms), revestida con aluminio con un acabado especial y acristalada con vidrios de baja emisividad. Además, se diseñaron aleros profundos sobre los ventanales más grandes basándose en estudios solares previos.
La vivienda incorpora un sistema de calefacción por suelo radiante, inodoros de doble descarga, iluminación LED, electrodomésticos de alta eficiencia y el uso de maderas de crecimiento sostenible.
La intención de los arquitectos era crear un espacio en el que el dueño se siéntese cómodo y feliz, pero que también fuera moderno y resistente. El protagonista del proyecto es el entorno natural que rodea a la vivienda, y todos los espacios interiores están diseñados contando con él.
Incluso el cerramiento de la fachada – de aluminio y madera de ipe – ha sido diseñado para reflejar y amplificar las variaciones de la naturaleza durante el día y a lo largo de las diferentes estaciones.
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