Fabio Novembre firma la nueva equipación del AC Milan.

Elena Minguela

14 junio 2016

Milán es ciudad de diseño. Capital mundial para la moda, el mobiliario, y el estilo, sin lugar a dudas. Así lo demuestra el Salone del Mobile, el teatro de La Scala o la semana de la moda. Pero también es ciudad de fútbol. A pesar de que Milan e Inter no estén ahora en su mejor momento, entre ambos suman 10 Copas de Europa, y son dos de los más grandes clubes del continente.

El diseñador Fabio Novembre ha presentado la perfecta combinación entre el fútbol y el diseño italiano, en la forma de la camiseta que lucirá el AC Milan para la próxima temporada 2016-17. Sorprende siempre encontrar al deporte rey en estas lides, pero no es ni la primera ni será la última: son dos disciplinas condenadas a entenderse. Y tampoco es la primera vez que el club rossoneri aparece en nuestras pantallas: recientemente conocimos el que será su nuevo estadio, obra de Arup.

Novembre ha diseñado la primera equipación, la de los partidos de casa del Milan, a partir de su idea clásica: rayas rojas y negras en la parte delantera, y negra completamente en la posterior. La intensidad del rojo es más brillante que en años anteriores, inspiradas en las palabras del fundador del club, el inglés Herbert Kilpin: «seremos un equipo de diablos. Nuestros colores serán el rojo como el fuego, y el negro como el miedo que inspiraremos en nuestros oponentes». El toque de originalidad lo pone un efecto de «goteo» en la parte inferior de la camiseta, desvaneciéndose el rosso en el nero.

El logo de Adidas aparece en gris y las tres franjas características de la marca aparecen en el lateral, para mostrar continuidad con los pantalones, de color negro. Vuelve el cuello en V tras dos años, y la tipografía para números y nombres es más que significativa: Milan Type.

Para la presentación de la nueva camiseta, el AC Milan ‘conquistó’ el pasado mayo dos grandes escaparates de las céntricas galerías La Rinascente, personalizadas por Fabio Novembre en los colores rossoneri. Suponemos que los tifosi del Inter no estarían nada contentos, pero el efecto fue espectacular.