El estudio de arquitectura Ooze ha diseñado este apartamento situado en un edificio de la ciudad-balneario de Knokke-Heist, Bélgica, con hermosas vistas a la Rubensplein. A pesar de su generoso tamaño (150 metros cuadrados) esta vivienda, en un segundo piso y con una distribución larga y estrecha, no permitía disfrutar al máximo de los metros habitables.
El estudio ha optado por una reorganización de los tabiques interiores que permite desarrollar no sólo un nuevo espacio para vivir sino también para “exhibir”. El propietario, coleccionista de arte, quería incluir en su vivienda un pequeño museo.
Para incrementar la sensación de amplitud, se han difuminado los límites de las habitaciones y así potenciar la continuidad y la fluidez del espacio. Además, la zona del estar y la cocina se ha abierto y se vuelcan hacia un enorme ventanal con vistas al mar que aporta más sensación de amplitud.
Inmaterialidad y materialidad, transparencias y reflejos se utilizan de una forma dinámica para potenciar la sensación exterior / interior. De este modo, se han utilizado materiales como el hormigón en paredes y techos, vidrio reflectante en baños y paneles de paso y madera original del Rijksmuseum de Ámsterdam para el suelo.
Para algunos detalles decorativos, el propietario de origen holandés, se ha servido de artistas como por ejemplo, Maxime Ansiau que ha diseñado los azulejos del baño con ilustraciones de paisajes holandeses.
Fotografías de Jeroen Musch, Ooze & Eric Klarenbeck.
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