A partir de un briefing en el que se pedía conseguir un restaurante vegetariano que desmitificara este sector y lo acercara a todo aquel público que simpatizara con un estilo de vida sana y saludable, el estudio de arquitectura y diseño Borja García, en colaboración con Laura Ros, ha realizado el desarrollo integral del restaurante Copenhagen.
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Se comenzó a partir del diseño de la marca y en su denominación: Copenhagen, expresando mediante el nombre de la ciudad danesa todo el saber hacer y el estilo de vida escandinavo. “Una expresión que evocara sensaciones de frescura, calidad de vida, cercanía, amabilidad, etc.” A partir de aquí todo parecía encajar, los materiales, sinceros; el mobiliario, de alta calidad en su diseño; la iluminación, doméstica y cercana. “Un proyecto minimalista o excesivamente vanguardista podía alejarnos del concepto director que se nos había solicitado y se optó por un estilo rico en texturas y sensaciones.”
El proyecto arquitectónico propone una distribución zonal muy variable, pretendiendo maximizar el modelo de negocio. Combinando zona de barras para el uso entre horas del local, un gran banco volado para situaciones flexibles y una zona de comedor al uso con una mesa de grandes dimensiones para compartir tipo cantina, se consigue una amplia variedad de situaciones diferenciadas. Se ha buscado una imagen con reminiscencias industriales tanto en el diseño de los elementos como en la elección de los materiales. Una gran pizarra sirve también de apoyo a la marca, al ser un elemento gráfico de fuerte personalidad.
Todo el mobiliario se ha seleccionado o diseñado siguiendo las premisas originales del proyecto. Para conseguir una atmósfera cercana pero con cierto aire industrial se han mezclado diferentes clásicos del siglo XX (como las Plastic Chair de Charles and Ray Eames o la Standard Chair de Jean Prouvé) con otras piezas a las que se ha dado menos protagonismo, diseñadas ex-profeso para el espacio.
La iluminación combina luminarias tipo flexo colgantes o focales, tratando de dotar de personalidad y cercanía a los espacios. La barra principal está presidida por un conjunto de nueve lámparas de papel de formas y tamaños distintos que dotan de identidad al espacio desde la calle reforzando su relación con el exterior y haciendo un guiño al acento japonés que posee la cocina del restaurante.

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