Joan Rojeski consigue la cuadratura del círculo con Cheesemaker, el cuarto producto diseñado para Lékué, en el que ha sido el estudio castellonense el que ha propuesto a la empresa de objetos culinarios el desarrollo de un producto que girara en torno al home made de productos tradicionales que habitualmente no se preparan en casa; como el queso.
Más sobre Lékué en diarioDESIGN.
A partir de la experimentación sobre el proceso de elaboración del queso fresco, se ha logrado un producto de diseño que realiza este delicioso alimento de una manera económica, rápida, sencilla, con ingredientes comunes, y sobre todo en casa. Una auténtica revolución.
Más sobre Joan Rojeski en diarioDESIGN.
Para poder disfrutar del queso elaborado por Cheesemaker, simplemente se necesita un microondas y dos ingredientes: leche fresca y un ácido, que puede ser limón, vinagre o yogur. Gracias a las propiedades de estos ácidos, la textura resultante del queso es diferente: más compacta con vinagre, más húmeda con limón y más cremosa con yogur. De esta manera, se nos ofrece una mayor versatilidad a la hora de preparar cualquier receta para cualquier momento del día.
En cuanto al diseño, el volumen se ha ajustado al del queso resultante, lo que consigue una estética compacta. Cheesemaker se compone de tres piezas: el recipiente donde se calienta la leche y donde al añadir el ácido se realiza la coagulación ácida, el molde donde se filtra la mezcla y se da forma al queso y por último la tapa, que ayuda a preservar el queso mientras reposa y que dispone de un medidor para las cantidades de ácido. Los materiales seleccionados aprovechan todas sus características durante su uso: el PBT (polibutileno tereftalato) del recipiente tiene una gran resistencia frente al calor, la silicona platino de la tapa permite una flexibilidad para el vertido y un ajuste perfecto y por último el PP (polipropileno) del colador una gran precisión en las dimensiones.
Para elaborar queso fresco, hay que calentar durante 15 minutos la leche fresca en el interior del recipiente. Una vez finaliza la cocción se añade el ácido haciendo uso de la tapa medidora, y se deja reposar durante 30 minutos. Posteriormente se cuela a través del molde y se guarda en la nevera durante 60 minutos. Pasada esta hora ¡ya se puede disfrutar de un queso fresco delicioso, sano y hecho en casa!
DESCUBRE

Diseño
El color en los mecanismos eléctricos: ¿Tendencia o capricho?

Arquitectos españoles
¿Cómo elegir materiales para nuestros proyectos?7 estudios de arquitectura responden

Arquitectura
Reprogramar la oficina: el futuro del trabajo se diseña desde el espacio

Agenda