¿Se puede conseguir que un espacio de 78m2 en principio oscuro, estrecho y sin orden ni concierto, se haya transformado en un bar de moda, acogedor y lleno de encanto? El estudio Normal ha demostrado en Bobby Gin que sí se puede. «Se trataba de lograr el resultado más notorio posible, con el mínimo presupuesto disponible. Se ha conseguido una organización radical del espacio con recursos alternativos: una disposición estratégica de los revestimientos y los materiales, mobiliario a medida y un minucioso cuidado de los detalles que contribuyen a crear la atmósfera», comentan desde el estudio.
La rotunda puerta de entrada enmarca un interior rico en texturas: la barra forrada con collage de puertas antiguas, los muebles diseñados a partir de cajones reciclados, el espejo predominante a la izquierda, la pared de piedra pintada en blanco a la derecha.
El panelado vertical del módulo central en roble teñido se funde con el suelo para difuminar los límites del pasillo. Así, y junto a los muebles de aire retro y hogareño, el estrecho y oscuro pasillo se convierte en una zona acogedora para estar y charlar.
Un divertido armario enmascara la inevitable presencia de la puerta del baño en la sala principal, al mismo tiempo que logra coherencia estética con otros elementos del local. Un entramado de marcos de molduras, también recuperados, sirve para camuflar el sistema antirreverberación del techo… y así, un largo etcétera de recursos para lograr aprovechar al máximo el espacio en una atmósfera sorprendente y acogedora al mismo tiempo.
Todas las fotos han sido realizadas por Pedro Pegenaute.
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