Museo della Merda: sí, ya hay museos de toda clase.

Elena Minguela

07 mayo 2015

Ahora ya se puede decir que Milán lo expone todo. Incluso que encuentra la belleza en cualquier cosa. A una hora escasa de la capital mundial del diseño, en la provincia de Piacenza, mundialmente conocida por ser el lugar de fabricación del queso Grana Padano, el emprendedor y empresario ganadero Gianantonio Locatelli ha decidido transformar los desechos producidos por su granja para crear un proyecto futurista, ecológico e industrial: el Museo della Merda.

Porque de 2.500 vacas seleccionadas y con pedigrí se debe aprovechar todo. Aparte de su exquisita leche para el queso, de su estiércol se obtiene metano, fertilizante para los campos y materia prima para reforzar en construcción. Cerrar el ciclo natural es añadir además el valor que se merece a lo que no se suele valorar. Por ello, el Museo della Merda ofrece experiencias humanas, estéticas y artísticas que hacen de los excrementos una materia ‘útil y viva’.

Este museo de la ‘caca’ es un diálogo entre Locatelli, el arquitecto Luca Cipelletti, el artista Gaspare Luigi Marcone y el doctor Massimo Valsecchi, para combinar biomecánica, arte concienciado con el medio ambiente, el paisaje agrícola, el ciclo de la vida y el castillo medieval de Castelbosco, que funciona a partir de la energía generada. En los espacios del nuevo museo se pueden vivir experiencias estéticas y científicas, humanas y animales, actuales y pasadas, que hicieron y hacen de los excrementos materia a considerar.

Por ello, hay espacios dedicados al escarabajo estercolero, considerado divino por los egipcios y que ahora es el símbolo gráfico del museo. También al uso del estiércol como material de construcción en distintas zonas del globo. También las obras histórico-literarias como la famosísima Historia Natural de Plinio, además de las investigaciones más actuales y la producción artística que concierne al uso y reutilización de material descartable y desechos. No falta nada: ni siquiera excremento de dinosaurio.

Durante la pasada edición de la feria de arte de Milán –miart, realizada en colaboración con Pin-Up magazine– en la ciudad más in de Italia sólo se habló de mierda. Pero en el buen sentido, demostrando lo útil que puede ser el estiércol de vaca, incluyendo 500 ladrillos de edición limitada que se repartieron durante The Shit Show. Y es que el arte es así.

En definitiva, y como comentan desde el propio Museo, «un gabinete de curiosidades contemporáneo, que halla su principio guía unitario en la ciencia y en el arte de la transformación«. No sabemos cómo será el olor, pero está seguro que sorprenderá.