Este bloque de apartamentos, diseñado por el despacho madrileño de arquitectura Amann Cánovas Maruri está pensado para algo más que proporcionar vivienda a varias decenas de familias. Con su uso expresivo del color, el edificio parece querer hablar y reivindicar una nueva y regenerada morada para sus habitantes.
Condenado al olvido y casi a la vergüenza durante décadas por los teóricos del movimiento moderno, el color en la arquitectura se ha ido recuperado a partir de los años ’80 como modo esencial de expresión y comunicación que también son los edificios. Y este es un ejemplo claro de la apuesta de muchos arquitectos que hoy en día usan el color, no sin riesgo ni dificultad, para crear una arquitectura más cercana y expresiva.
En este bloque de apartamentos de Carabanchel, la fachada es un juego de colores básicos brillantes que viene ordenada gracias a los elementos estructurales horizontales, de color gris. En el edificio de 5 plantas, hay varios tipos de pisos (de dos, tres o cuatro dormitorios), y cada uno de ellos está diferenciado de sus vecinos por estar pintado de un único color tanto en la fachada interior como en la exterior. En el centro de la construcción, un espacio abierto común permite a los residentes disfrutar de un área pública. Mientras, en el exterior, el transeúnte disfruta de la fiesta multicolor.
El despacho Amann Cánovas Mauri está formado por Atxu Amann Alcocer (Madrid 1961), Andrés Cánovas Alcaraz Cartagena 1958) y Nicolás Maruri Mendoza (Madrid 1961). Los tres son arquitectos por la E.T.S.A. de Madrid y fundaron su despacho conjunto en 1987. Mas información en www.amann-canovas-maruri.es
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