C-MINE es un nuevo espacio cultural situado en las antiguas minas de carbón de Winterslag, en Genk, Bélgica, en el que el patrimonio industrial adquiere nuevos usos. El centro tiene como objetivo el desarrollo combinado de cuatro actividades principales: la difusión cultural, el turismo, la generación de propuestas de innovación alternativas y la educación.
El estudio belga 51N4E, ha desarrollado el proyecto, un espectacular ejemplo de reconversión industrial, en el que se ha querido preservar al máximo las infraestructuras y maquinarias originales.
El nuevo complejo acoge 5.000 m2 de espacios culturales: un centro de diseño, un restaurante, un café, un salón de actos, dos auditorios, una sala polivalente, una pequeña sala de música, varios espacios expositivos y un centro de visitantes que abre la mina al público para que conozca de cerca la historia de la minería, muy importante en la zona del Rürh.
El acceso se hace a través de una entrada principal en la que una gran estructura de acero filtra el flujo de público y lo encamina hacia el área Mine Experience. El gran vestíbulo sirve como centro de distribución.
Los edificios preexistentes, realizados en ladrillo, albergan la gigantesca maquinaria de la época. Al optar por una restauración absolutamente respetuosa, han permanecido prácticamente intactos tanto en su exterior como en su interior, fieles testigos de la vida en la mina.
Al entrar en ellos nos encontramos un espacio laberíntico de cinco metros de altura en el que también se ha mantenido el fuerte contraste entre escalas, zonas iluminadas y otras más oscuras, entre la amplitud espacial y el imponente volumen de algunas de las máquinas.
En el piso superior, las nuevas salas se unifican con las antiguas mediante el uso de la misma pavimentación original, a base de baldosas blancas y rojas, que destaca especialmente en la zona de la terraza.
Los auditorios están equipados en su exterior con superficies de acero laminado que permiten regular la luz del sol y crear ambientes de distinta luminosidad, según las necesidades de la programación.
Fotografías Stijn Bollaert © 51N4E
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