Diseño consciente y materiales naturales para este pequeño ático en Barcelona
En el barrio de El Carmel, en Barcelona, Sigla Studio ha reformado un pequeño ático a través de la sostenibilidad, el respeto y la materialidad consciente. Corcho, madera y cerámica artesanal conviven en un espacio que optimiza la luz natural, mejora el confort térmico y reinterpreta la relación entre el interior y el exterior.
Una intervención respetuosa en El Carmel
Coronando una tranquila calle semipeatonal de El Carmel, donde aún se respira el espíritu de barrio, se alza un pequeño ático de 42 m². Sigla Studio ha intervenido este espacio con respeto y sensibilidad. El resultado es un hogar luminoso, acogedor y en plena conexión con el exterior.
La intervención tenía un objetivo claro: priorizar la eficiencia funcional, pero también la emoción y la memoria. Así, la madera, la cerámica artesanal y el techo de corcho que recorre el piso crean un equilibrio perfecto entre lo sostenible, lo bello y lo duradero.
Habitar lo compacto
El principal desafío de esta reforma era transformar una construcción precaria en un hogar confortable sin recurrir a soluciones tecnológicas invasivas. Para ello, el estudio apostó por la inercia térmica. Este parámetro de la arquitectura bioclimática permite estabilizar la temperatura mediante materiales que absorben y liberan calor de manera eficiente.
En lugar de puertas tradicionales, Sigla Studio ha optado por largas cortinas color terracota, que aportan calidez y permiten una transición más fluida entre los espacios. Una solución que refuerza la continuidad visual y contribuye a la flexibilidad y la sensación de amplitud en este minipiso.
Por otro lado, el suelo, que antes presentaba desniveles debido a su origen como terraza cerrada, ha sido regularizado. Ahora, la madera de pino tratada con aceites ecológicos cubre la superficie, aportando calidez visual y táctil. Además, este material mejora el rendimiento energético de la vivienda. La luz natural también juega un papel clave. Se filtra desde la terraza y entra por distintas aberturas, amplificando la sensación de amplitud. Asimismo, favorece la ventilación cruzada, lo que contribuye a mejorar el confort térmico de la vivienda.
Un techo de corcho
Sin duda, si hay un elemento que define este proyecto es el techo de corcho. Más que una elección estética, es una apuesta funcional y sostenible. Su estructura celular proporciona un gran aislamiento térmico y acústico. Gracias a ello, la temperatura del ático se mantiene estable sin necesidad de climatización artificial.
Además, este material ha permitido eliminar falsos techos innecesarios y aprovechar al máximo la altura disponible. Su tono ocre y su textura orgánica envuelven el espacio con una calidez especial. En sintonía con la madera del suelo y los tonos terrosos del pavimento hidráulico artesanal de Huguet en cocina y baño, el corcho contribuye a una estética armónica y natural.
El interior respira y envejece con dignidad
El interior del ático refleja una simbiosis total entre materiales y funcionalidad. La cocina, abierta y hecha a medida, combina acero inoxidable, baldosas cerámicas artesanales y madera maciza. Así, se genera un potente contraste entre lo industrial y lo artesanal.
En el comedor, una estructura reutilizada de IKEA sirve de base para una sobria encimera de mármol de Carrara, que se convierte en el corazón del espacio. Para acompañarla, la icónica lámpara Sísísí de Santa & Cole añade un toque atemporal.
Por otro lado, el dormitorio mantiene la misma estética acogedora y depurada. Un mobiliario sencillo y honesto, con una cómoda de madera de pino de Lufe, convive con detalles en acero y alabastro. Estos materiales aportan matices de sobriedad y calidez. En el baño, la cerámica de Ferrés y la grifería de cobre de Icónico refuerzan la apuesta por una materialidad atemporal.
La terraza, protagonista del hogar
En viviendas de dimensiones reducidas, la conexión con la exterior resulta fundamental. En este caso, la terraza de 12 m² es la gran protagonista. Sigla Studio ha concebido este espacio como una extensión natural del interior. Con tumbonas de madera y textiles naturales, se convierte en un rincón de contemplación y descanso. Así, la vida interior y exterior se entrelazan sin barreras, ofreciendo un refugio urbano en pleno Barcelona.
Fotografía: Marta Vidal