Esta casa en Girona conserva su esencia mediterránea gracias a una sutil intervención arquitectónica
Estudio Munto reforma La Llar de Antana, una casa diseñada a mediados de siglo por el arquitecto catalán Joan Baca i Pericot, cuya intervención refuerza su identidad mediterránea y la relación de la casa con su entorno.
Arquitectura mediterránea que perdura
En el mundo de la arquitectura, a menudo se asocia la reforma con la transformación radical. Sin embargo, en el caso de La Llar de Antana, una vivienda situada en Llafranc (Girona), el verdadero acierto ha sido la clarificación, no la alteración.
La vivienda fue originalmente proyectada por Joan Baca i Pericot, arquitecto catalán de los años 50, y posteriormente ampliada por el también icónico Salvador Bagudà. Por tanto, no necesitaba un cambio de identidad sino un refuerzo de su esencia mediterránea.
El enfoque de diseño de Munto se basa en un estudio cuidadoso del contexto, el trabajo colaborativo y un proceso activo de compromiso con el cliente y el usuario. Por ello, ha sabido entender la historia de La Llar de Antana y potenciarla con una serie de decisiones discretas pero contundentes.
Diluir los límites entre exterior e interior
Uno de los pilares de esta intervención ha sido reforzar la relación entre la casa y su entorno. Por ello, en esta rehabilitación Estudio Munto ha redefinido accesos y ampliado aperturas para diluir los límites entre el interior y el exterior, permitiendo que la luz natural y la ventilación cruzada optimicen la calidad espacial. Ahora, La Llar de Antana respira con mayor fluidez, en una fusión orgánica con el paisaje.
Lograr el confort con estrategias pasivas
El confort en la vivienda no proviene de tecnologías invasivas, sino de estrategias pasivas bien implementadas. Se trata de técnicas de diseño que mejoran el confort térmico y la eficiencia energética de un edificio sin recurrir a sistemas mecánicos o de alto consumo energético.
Basadas en aprovechar las condiciones naturales del entorno, estas estrategias logran reducir la necesidad de calefacción, refrigeración o iluminación artificial.
En este proyecto, la sombra, la ventilación y el uso de materiales con inercia térmica garantizan una climatización natural, imperceptible pero eficaz. Una intervención invisible que fomenta una sensación tangible de bienestar.
Piedra, madera y cerámica
Respetar lo existente ha sido otro eje clave del proyecto de Estudio Munto. Se han recuperado materiales nobles como la piedra, la madera y la cerámica, con la intención de que la arquitectura envejezca con dignidad y sin estridencias. Esta reforma no busca ser nueva, sino necesaria, en un equilibrio entre modernización y permanencia.
Lejos de caer en artificios, la intervención prescinde de lo superfluo para permitir que la casa hable con su propio lenguaje. La Llar de Antana es un ejemplo de continuidad, donde el respeto por el lugar se traduce en una arquitectura intemporal y sincera. Porque, a veces, la mejor decisión es simplemente escuchar.
Fotografías: Oriol Gómez