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Este ecléctico hotel fusiona tradición y modernidad en el corazón de Viena

Situado en un edificio histórico del corazón de Viena, el Hotel Motto destaca por combinar con maestría estilos arquitectónicos clásicos y contemporáneos. El ecléctico alojamiento ofrece una experiencia que va más allá del descanso, ofreciendo a los huéspedes un amplio programa funcional compuesto por un restaurante, un gimnasio, un spa e incluso una panadería.

Un edificio con historia

El Hotel Motto en Viena es un claro ejemplo de cómo integrar el pasado con el presente en un diálogo constante entre lo clásico y lo contemporáneo. El edificio original, construido en el año 1665 siguiendo el estilo barroco vienés, ha sido renovado y ampliado por Arkan Zeytinoglu Architects con una visión moderna que respeta la tradición arquitectónica de la ciudad.

Fachada del Hotel Motto Viena
Lobby del Hotel Motto Viena

La fachada, que aún conserva los elementos ornamentales típicos del barroco, contrasta con nuevas soluciones arquitectónicas como la gran cúpula de vidrio que corona el edificio. Esta estructura permite iluminar cenitalmente el conjunto del hotel y alojar nuevas estancias como el restaurante o el gimnasio y el spa.

Wabi sabi, comodidad escandinava y un toque parisino

El interior del hotel fusiona estilos aparentemente dispares como el barroco, el art déco y el wabi-sabi. Se trata de un alojamiento ecléctico capaz de reccrear un ambiente único y acogedor. “Quisimos integrar la arquitectura vienesa tradicional, el glamour de los años 20 en París, algunos toques de la comodidad escandinava y la cultura japonesa wabi sabi”, así define las referencias estilísticas del Hotel Motto Bernd Schlacher, propietario y director creativo del grupo hotelero.

Suite del Hotel Motto Viena

Estos conceptos se traducen en una paleta colorida y cálida. Destaca el empleo de materiales nobles como la madera; presente en pavimentos y mobiliario y la cerámica; alicatados geométricos que revisten los baños. Mención especial merecen los tapizados textiles que introducen una divertida dimensión kitsch al conjunto.

Una experiencia que va más allá del descanso

Además de las 91 habitaciones que componen el hotel, éste también ofrece una serie servicios pensados para que los huéspedes vivan una experiencia sensorial más allá del descanso. El programa completo consta de restaurante, bar, terraza panorámica, gimnasio, spa con sauna y baño de vapor y una panadería de inspiración parisina que hornea su propio pan; MOTTO BROT, situada en la planta baja del hotel.

Mención especial merece el restaurante CHEZ BERNARD. Situado bajo la impresionante cúpula de vidrio, ofrece desayunos, comidas y cenas. LA carta se compone de platos típicos de la cocina austriaca fusionada con influencias francesas y mediterráneas.

Fotografía: Oliver Jiszda

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