Un refugio mediterráneo donde disfrutar de la luz, el mar y el lento transcurrir del tiempo
El último proyecto de Ramón Esteve es un ejercicio arquitectónico que aúna tradición, paisaje y diseño atemporal. Se trata de Casa Riurau, una singular vivienda en la costa alicantina la que el tiempo parece transcurrir con otra cadencia, en sintonía con el ritmo de la naturaleza.
Interpretación contemporánea de la arquitectura tradicional
Enclavada en una colina con vistas al mar Mediterráneo, la Casa Riurau reinterpreta con maestría el concepto del `riurau´ tradicional. Este proyecto, firmado por el arquitecto valenciano Ramón Esteve, fusiona la esencia constructiva de la comarca alicantina de la Marina Alta, con una estética escultural y minimalista.
El riurau es una edificación característica del mundo rural de esta zona de Alicante. Se utilizaba como almacén de uva moscatel para su conversión en pasa, un producto agrícola típico de la comarca. Y se trataba de una construcción de planta rectangular alargada, cerrada en todos sus frentes excepto el orientado hacia el soleamiento, abierto mediante amplias arquerías.
Reinterpretando este concepto, Ramón Esteve propone en la Casa Riurau una secuencia de arcos abiertos que establecen un diálogo fluido entre interior y exterior, facilitando la ventilación a la vez que protege los espacios exteriores de la lluvia.
La poética de los arcos
El proyecto es una vivienda, pero también una pieza arquitectónica con una fuerte carga expresiva. Su volumetría se articula mediante una sucesión de arcos que juegan con el lleno y el vacío, creando un efecto visual dinámico y una atmósfera onírica.
Este ejercicio de abstracción del riurau tradicional aporta ligereza y fluidez, permitiendo que la luz y la brisa mediterránea atraviesen el espacio de forma natural.
Los pórticos perimetrales amplían la escala del edificio, proyectando el espacio interior hacia el exterior. La casa respira y convierte el paisaje en elemento esencial de la experiencia arquitectónica.
La fusión entre lo construido y lo natural genera un hábitat particular que recuerda a la época estival, en la que el tiempo parece transcurrir con otra cadencia, en sintonía con el ritmo de la naturaleza.
La materialidad de Casa Riurau
La selección de materiales desempeña un papel determinante en la integración de la casa con su entorno. La paleta cromática se basa en tonos neutros combinados con maderas claras que aportan serenidad.
Contrastan elementos más oscuros como la madera de roble caramelo o los metales en tonos champagne cepillado. Este equilibrio de texturas y colores refuerza la sensación de calidez en los interiores.
Sin embargo, más allá de su estética, la Casa Riurau destaca por su capacidad para crear una experiencia sensorial única. La fluidez espacial, el juego de luces y sombras, y la armonía de los materiales convierten esta vivienda en un refugio donde arquitectura y paisaje se funden en una obra de arte habitable.
Ramón Esteve rinde un bello homenaje a la esencia mediterránea, concibiendo un espacio para disfrutar de la luz, el mar y el lento transcurrir del tiempo.
Fotografías: Ramón Esteve Estudio