Sostenibilidad, diseño y eficiencia en estas viviendas de protección pública en Mallorca
En el ensanche de Inca, Mallorca, el Instituto Balear de la Vivienda (IBAVI) ha impulsado la creación de 54 viviendas de protección pública. Este ambicioso proyecto social ha sido diseñado por Alventosa Morell Arquitectes y Joan Fortuny. Un nuevo complejo residencial que habla de diseño funcional, sostenibilidad y compromiso con el entorno.
Un edificio integrado en el paisaje
Sobre un vasto solar rectangular, se alza un programa que integra 54 viviendas de protección pública. El fuerte desnivel del terreno ha sido aprovechado por Alventosa Morell y Joan Fortuny como una oportunidad para estructurar la distribución en tres niveles: una planta baja y dos pisos superiores. Así, esta propuesta se adapta al terreno, situando el acceso principal en la cota más alta para garantizar una entrada completamente accesible.
Estructuralmente, el edificio se sostiene mediante un sistema de forjados reticulares de hormigón. La cimentación, resuelta con micropilotes y encepados, responde a las condiciones del terreno, caracterizado por la presencia de arcillas expansivas. Así pues, esta solución asegura tanto la estabilidad como la flexibilidad del conjunto.
Sostenibilidad y eficiencia
La materialidad elegida para este nuevo complejo residencial incluye materiales sostenibles y sistemas constructivos que reducen el impacto medioambiental y mejoran la eficiencia energética. Por ejemplo, las fachadas cuentan con cerramientos cerámicos aislantes, revestimientos de corcho y acabados de cal con pigmentos naturales. Por su parte, las carpinterías de aluminio con rotura de puente térmico y las protecciones solares de madera de alerce certificado completan una envolvente térmica de alto rendimiento.
Además, Alventosa Morell y Joan Fortuny han concebido las cubiertas como espacios autosuficientes. Estas integran placas fotovoltaicas, sistemas de aerotermia y recuperadores de calor. De esta forma, estas tecnologías permiten una gestión energética eficiente en cada vivienda para un menor consumo y un impacto positivo en el medioambiente.
Hogares pensados para las personas
La distribución general del proyecto se articula en torno a un eje norte-sur, que divide el conjunto en dos volúmenes independientes. Entre ellos, aparece un espacio común que actúa como punto de encuentro para fomentar la interacción vecinal.
Todas las viviendas disponen de espacios exteriores privados, como jardines en la planta baja o terrazas en los pisos superiores. También, el complejo incluye un aparcamiento subterráneo que se integra de manera natural en la pendiente del solar.
Cada una de estas viviendas sociales ha sido diseñada bajo un prisma práctico y adaptable. En su interior, la distribución parte de un núcleo central que separa las zonas de día y de noche. Además, Alventosa Morell y Joan Fortuny han priorizado la ventilación cruzada y la entrada de abundante luz natural, aspectos clave para el confort de los nuevos residentes.
El corazón de la comunidad
Las zonas comunes entre los dos volúmenes se presentan como punto de encuentro para fomentar la interacción y la convivencia. Este alegre espacio exterior está vestido por un pavimento drenante, que permite la filtración de agua al subsuelo. Por otra parte, se han plantado bonitas jacarandas que, cuando florezcan, dotarán de una agradable sombra al jardín mientras alegran las vistas a los vecinos de estas viviendas diseñadas por Alventosa Morell y Joan Fortuny.
Fotografía: José Hevia