Explosión de color y diseño en esta casa estilo industrial en Poblenou
Un antiguo edificio en el barrio barcelonés de Poblenou se convierte en el escenario de la última intervención de Aramé Studio. Este joven estudio catalán ha transformado un espacio de 250m2 en una casa estilo industrial donde conviven la rotundidad del hormigón original, una divertida paleta cromática y un mobiliario de obra diseñado a medida que articula la distribución.
Recuperar la estructura ornamental
Aramé Studio aborda la intervención en esta casa industrial desde la nostalgia y el respeto. Bajo este prisma, el proyecto da comienzo con una decisión determinante: eliminar las capas acumuladas durante décadas para devolver el protagonismo a la ornamentación original de la vivienda. Así, resurge una imponente estructura de hormigón armado que vertebra el espacio y que, junto a los techos de volta catalana, propone un diálogo entre pasado y presente.
Esta elección conecta profundamente la vivienda con la memoria industrial del barrio de Poblenou, mientras crea un contraste intencionado con los elementos de diseño contemporáneo que habitan su interior.
Por su parte, la distribución, cuidadosamente orquestada, despliega los espacios como si de una sinfonía arquitectónica se tratara. A través de niveles escalonados, se generan transiciones suaves que multiplican las perspectivas, entrelazan las vistas cruzadas y funden lo histórico con lo contemporáneo en un equilibrio visual y espacial.
El pasillo como eje vertebrador
Lejos de la rigidez tradicional, el pasillo de esta casa industrial se convierte en el eje vertebrador del proyecto. Así pues, esta zona de transición dibuja las circulaciones, redefine la interacción entre los espacios y propone nuevas formas de habitar.
Gracias a la nueva distribución, cada ambiente mantiene su autonomía mientras dialoga con el conjunto. El resultado es un hogar fluido y cohesionado que convierte la fragmentación inicial en un espacio armónico y perfectamente conectado.
A todo color
Una divertida paleta cromática tinta el interior de esta casa industrial a través de pinceladas estratégicamente distribuidas. Los tonos azul pastel contrastan con toques frambuesa, mientras que las notas de verde y amarillo potencian el espacio en forma de piezas de mobiliario, textiles y obras de arte. De esta forma, Aramé Studio emplea el color como un recurso para suavizar la crudeza del hormigón expuesto, elevando su presencia rotunda y dotándola de vitalidad.
En la cocina, una isla que combina azulejos blancos y madera natural evoca una estética funcional y contemporánea, con aires retro. Un extractor industrial de diseño escultórico preside el espacio, actuando como un punto focal que equilibra la calidez del hogar con su esencia fabril.
Ya en el salón, las coloridas lámparas Dipping Light de Marset sobrevuelan el espacio para contrastar con la sobriedad de la estructura. Además, la alfombra persa a gran escala, el icónico taburete Eames Elephant de Vitra y las obras de arte que visten las paredes completan el interiorismo.
Geometría y audacia en el mobiliario
Una estantería azul recorre esta casa de estilo industrial, invitando a descubrir cada rincón. Este elemento continuo marca el ritmo del espacio, mientras las estructuras de madera aportan un equilibrio sutil entre división y conexión. Estas piezas multifuncionales se pliegan y despliegan para dar lugar a puertas, bancos, nichos y espacios de almacenaje que parecen emerger orgánicamente de los muros.
Con esta propuesta, Aramé Studio eleva el mobiliario más allá de su función habitual para transformarlo en parte esencial de la arquitectura. Ejemplo de ello es el sofá de obra en forma de chaise longue, diseñado a medida, que convierte una esquina en un rincón cálido y envolvente. Cada mueble de obra reafirma la visión del estudio: piezas versátiles y cuidadosamente integradas que moldean el espacio y lo llenan de vida.
Fotografía: Del Río Bani