Este piso en el centro de Valencia adapta la estética años 70 a la vida moderna
En este piso de 200 m2 en el centro de Valencia, Marina Victoria y Gené Martín han proyectado un espacio que mantiene la esencia estética de los años 70, adaptándola a una sensibilidad moderna y a una forma de vida actual. Curvas, materiales con personalidad y un diseño exclusivo hacen de Casa Carmen una vivienda que fluye de principio a fin.
Dos eran los objetivos principales al abordar la reforma de este piso en el centro de Valencia. En primer lugar, se quiso generar un refugio a partir del concepto de útero: una vivienda protectora para sus habitantes. En segundo lugar, también era importante convertir el espacio en un contenedor apropiado para la colección de piezas de arte que ya tenían los propietarios. Trazando líneas curvas y con mucho foco en la parte más sensorial de los materiales se han logrado ambos objetivos. Y además, gracias a un sofisticado trabajo de diseño, en Casa Carmen se ha llegado a una estética única y refinada tal y como te mostramos a continuación.
No existen los encuentros a noventa grados
Un pasillo en curva se convierte en el gran eje de la vivienda, dando lugar sucesivamente a todo tipo de curvas. Así, en el techo se generan falsos techos curvos que albergan instalaciones, en los paramentos verticales se montan aplacados de madera curva, se generan nichos curvos para las obras de arte… en este piso en el centro de Valencia conviven un largo etcétera de tipos de curvas: incluso los ángulos de las paredes desaparecen y se acaban en cantos romos.
En el mobiliario a medida también se ha seguido fielmente la idea orgánica. Los muebles de la cocina juegan a escaparse de los ángulos, convirtiendo este espacio de la casa en un lugar amable y fluido que continúa el ritmo de la casa. Con una isla central que acompaña el estilo de vida contemporáneo, la cocina representa también las cotas de alta sofisticación del resto de la vivienda.
Una estética sofisticada que resuelve necesidades contemporáneas
La planta dibuja una manera de vivir actual y moderna a pesar de respetar la estética de los años 70. El piso de origen tenía un esquema rígido de aquellos años, sin embargo el nuevo planteamiento huye de clichés y genera un proyecto totalmente contemporáneo en el que cada detalle es ejemplo de un criterio de hoy.
Son muchos los ejemplos: los espacios abiertos, comunicados y sin puertas, son tal vez la parte más visible de esa idea radicalmente contemporánea de la necesidad de fluidez, flexibilidad y comunicación. Pero ciertamente las líneas de la reforma borran los límites y la rigidez a todos los niveles.
Los materiales dialogan con el espacio y con la estética de los 70
La paleta de materiales, junto a las curvas, rinde homenaje a la arquitectura de los 70. Cerámicas brillantes en tonos granates, mezcladas con mármoles muy expresivos y diferenciales, junto a una gama de tonos cálidos y terrosos, trasladan la sensación visual y de texturas a los años 70 aunque sea en un código muy contemporáneo.
La paleta más atrevida está en los baños con mármoles vivos como el de Gómez Grau Mármoles combinados con cerámicas brillantes y geométricas de Mutina.
Esta paleta sobria se combina con el diseño del pavimento en espiga que aporta, además de amplitud y claridad, una estética más austera que acompaña a las líneas más sobrias y contenidas de los años 70 presentes en toda la vivienda.
Fotografía: AT4