Vivir en una casa sin puertas: la propuesta de un joven estudio de arquitectura que rompe jerarquías espaciales
El estudio madrileño Casa Antillón ha transformado una buhardilla de 70m2 en una vivienda que rompe con las jerarquías espaciales y propone un habitar sin puertas.
Nuevas concepciones espaciales
La estructura interna de las viviendas ha cambiado. En nuestros interiores imperan ahora diseños más abiertos y fluidos donde los metros de pasillo y el número de puertas se ha reducido o incluso eliminado por completo. Esta transformación responde a un enfoque funcional que prioriza la conexión visual, la flexibilidad del espacio -debido a los cambios en nuestro estilo de vida- y la incidencia de iluminación natural en el interior.
Ejemplo de ello lo encontramos en este proyecto residencial, obra del estudio madrileño Casa Antillón. La reforma -situada en la buhardilla de un edificio existente- plantea una distribución abierta y flexible que permite a los espacios cambiar su función a lo largo del tiempo. «Analizando este lugar, pronto entendimos que esta casa debía romper con las jerarquías habituales que encontrábamos en el resto de sus plantas. El proyecto no debía replicar la fórmula antigua de cajas grandes y cajas pequeñas, donde cada función queda completamente aislada por paredes, que solo se abren mediante puertas«, cuentan los arquitectos artífices del proyecto.
El fuego en el centro de la vivienda
La nueva vivienda plantea una ruptura espacial radical: destruir las paredes y recuperar la idea milenaria de situar un fuego en el centro de la casa. De este modo, todas las piezas -sin identidad definida, pero con privacidad establecida- giran alrededor de una chimenea central. Para lograr este movimiento centrípeto de manera organizada, se introdujo un muro curvo y quebrado que divide el espacio en zonas públicas y privadas, proporcionando la estructura necesaria para desarrollar tanto la circulación como la privacidad requeridas.
Este muro, pintado en color rosa en su cara exterior y blanco en la interior, posibilita la creación de relaciones que no suelen darse en un ámbito doméstico. Se trata de una especie de pasadizo secreto o corredor que permite el acceso a las diferentes estancias y favorece un deambular constante -e inesperado- por la vivienda. Este paseo se potencia gracias al pavimento, que ha sido revestido mediante una moqueta continua bicolor.
Luz cenital en un interior sin ventanas
Una realidad imposible de modificar en este proyecto era la ausencia de ventanas. La vivienda original presentaba un interior oscuro y sin vistas al exterior que Casa Antillón ha sabido resolver mediante la incorporación de lucernarios. Éstos permiten la incidencia de luz natural y la posibilidad de mirar hacia fuera desde diferentes puntos interconectados de la casa, amplificando la dimensión espacial del conjunto.
Por último, vale la pena destacar el trabajo desarrollado en el baño ya que sintetiza el concepto global del proyecto. Se trata de una pieza descompuesta en ducha, inodoro y lavabo. Tres espacios independientes que ocupan en planta menos superficie y permiten un diálogo diferente con el apartamento. «Nos imaginamos a una persona despertarse, caminar descalza por la moqueta de la casa, y entrar directamente a la ducha sin necesidad siquiera de abrir o cerrar puertas«, concluyen los arquitectos de Casa Antillón.
Fotografía: Imagen Subliminal