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Tendencias hospitality 2025: así serán los hoteles del futuro

¿Puede el diseño reconciliar el turismo con el paisaje? Una nueva forma de hospitalidad busca ofrecer un equilibrio entre visitantes, autenticidad y el bienestar de las comunidades locales. En Diariodesign repasamos las tendencias hospitality que marcarán el diseño de hoteles en 2025.

En un mundo en constante cambio, el sector hotelero intensifica sus esfuerzos para conectar más profundamente con los valores y deseos de los viajeros. Como bien señala el antropólogo Jose Mansilla, “no existe el derecho de viajar por ocio ni el derecho a ser turista”. Sin embargo, el acto de viajar sigue siendo una parte fundamental del imaginario colectivo relacionado con el disfrute y el ocio.

En la última edición de Interihotel, Pepa Casado y Lucía Marín, de la consultora Futurea, presentaron un año más las tendencias que indican esos cambios que estamos presenciando en el sector. Desde el viaje como actividad transformadora hasta viajar para tratar nuestra salud y bienestar, pasando por el viaje como inmersión creativa y de expresión cultural, una nueva era de turismo emerge para dotar de nuevos significados una actividad cuyo interés no deja de crecer.

Viajar para transformarnos de forma significativa

La globalización ha hecho que nuestras vidas sean más cómodas y accesibles, pero también ha traído consigo un efecto secundario: una homogeneización de la cultura. En este escenario, los viajeros han empezado a rechazar lo estándar y repetitivo, priorizando destinos y actividades que ofrezcan autenticidad y originalidad. No se trata de visitar un lugar, sino de sumergirse en su esencia, conectar con su gente y participar en prácticas que enriquezcan su vida.

Our Habitas en Leyja (Arabia Saudí)

No es de extrañar que, en ese interés por salirse de las rutas convencionales, cada vez más personas se lancen a la búsqueda de destinos poco explorados. Extremos incluso. Nos quedábamos con el término frontier tourism, que Futurea presentaba en la charla, con datos que respaldan su popularidad: se espera que este «turismo de aventura 2.0» alcance un total de 1.500 billones de dólares en 2032.

Céleste es una cápsula presurizada de lujo y cero emisiones propulsada por un globo gigante que ofrecerá ascensos a la estratosfera. Diseñada por el arquitecto Joseph Dirand para Zephalto, la nave ofrece espacio para seis viajeros en tres «capullos» diferentes.

Viajar contando con todas las capacidades y habilidades

Los bolsillos aprietan y las personas están más preocupadas que nunca por sacar la máxima rentabilidad a sus compras. Esperan que sus compras no se limiten a una mera transacción, sino que tengan un significado profundo. Por eso, la industria turística deberá ofrecer experiencias económicas donde no se comprometa ni el confort ni los vibes.

El sector se hace eco de una estrategia que en moda y belleza lleva ya un par de años dando que hablar. Y es que los dupes (del inglés, duplicate) se cuelan también entre los viajes para ofrecer, igual que en otros sectores, productos más económicos que el original. La diferencia está en que en lugar del bolso de moda o el último lip gloss viral, aquí los dupes son destinos. Taipei en lugar de Seúl, Pattaya en lugar de Bangkok o Paros en lugar de Santorini. Destinos con el mismo encanto que sus hermanos más famosos pero que gozan de una afluencia de visitantes mucho menor.

Ante la masificación de Santorini, los viajeros buscan alternativas menos masificadas, como Paros.

Viajar como oportunidad para hacer del mundo un lugar mejor

Viajar ya no es simplemente moverse; es explorar, aprender, saborear y, como comentaba al principio, transformarse. Es entender que la experiencia de un destino va más allá de los paisajes y los monumentos; está en los sabores que probamos, en las historias que descubrimos a través del arte y en el impacto que dejamos, o no dejamos, en nuestro paso por el mundo.

Colaboración de Rimowa con Adidas

A dónde se viaja es importante, pero poco a poco cobra más importancia el cómo se viaja. Las preocupaciones medioambientales ocupan un lugar relevante en las decisiones de viaje de las personas, que ya buscan destinos y alojamientos que se alineen con sus valores medioambientales, eligiendo opciones que minimicen su impacto ecológico.

Los albergues se alzan como la alternativa sostenible a los hoteles sin sacrificar comodidad ni estética. Proliferan los de lujo, como el One de Tokio

Un compromiso que se refleja no solo en la forma en que los viajeros se trasladan a sus destinos, sino también en la selección de destinos que promuevan prácticas ecológicas.

La Oficina de Turismo de Copenhague pone en marcha CopenPay, una iniciativa por la que las atracciones locales ofrecerán recompensas a los turistas si demuestran un comportamiento más eco.

Desde luego el mensaje es claro: las tendencias hospitality indican que el futuro del sector será una combinación de diseño visionario, compromiso ético y experiencias memorables. O no será.

Foto de portada: Rosmary Hotel en Marrakech

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