Cómo decorar un piso pequeño en tonos tierra con poco espacio y mucho estilo.
La interiorista Kika Mattos nos da toda una lección de estilo y aprovechamiento de espacio en este piso pequeño en tonos tierra en São Paulo. Mediante el uso monocromático del beige, ha conseguido crear un ambiente cálido y acogedor y agrandar visualmente este apartamento con mucha bossa y piezas icónicas de diseño brasileño.
Es verdad que muchos de nosotros vivimos en un piso pequeño e intentamos sacarle el máximo provecho al espacio que habitamos. Y no solo desde el punto de vista de los metros (es increíble la cantidad de ideas que se pueden aplicar en una casa de 50 m2), sino también teniendo en cuenta otros factores clave como las tonalidades o las piezas de mobiliario que elegimos como nuestros particulares compañeros de piso.
Los mandamientos a aplicar en una reforma de un piso pequeño no son ningún misterio, pero, como todo, lo difícil es adaptar las buenas ideas a un espacio en concreto. En este caso, la arquitecta Kika Mattos partía de un apartamento de 60 m2 en el noroeste de São Paulo con vistas a un parque. En apenas tres meses de reforma, consiguió materializar su visión: un piso pequeño en tonos tierra que consiguiera ser un refugio urbano.
Monocromía en tonos tierra para agrandar el espacio
«La inspiración principal para este proyecto fueron los colores. Elegimos tonos tierra porque hacen referencia a las raíces, al hogar y a lo primario, la necesidad de recogimiento. Aplicamos esta misma filosofía a todo el apartamento y a todos los muebles brasileños que elegimos», nos cuenta la interiorista.
Dicho y hecho. Se eligió un tono de beige para agrandar visualmente el piso, y se aplicó en paredes, rodapiés y puertas. Está presente incluso en el techo, aunque con distinto material, ya que se ha optado por añadir un poco de textura (similar al cemento). ¿El resultado? Un espacio coherente que transmite serenidad y en el que la luz «rebota» de manera uniforme. Precisamente, este color, el rey de los neutros, está experimentando una vuelta a la decoración bajo un aspecto renovado. Es decir, que bien combinado con el resto de elementos, ha conseguido desprenderse de ese aura de color «viejuno» y aburrido y ser el favorito de muchos decoradores.
Iconos atemporales del diseño brasileño conviven en un piso pequeño con un salón muy resultón
Sin necesidad de realizar una reforma estructural, una sola intervención fue crucial para cambiar completamente el aspecto de este piso pequeño en tonos tierra. En el suelo, se colocó tarima vinílica de madera sobre las baldosas. También se cambió toda la iluminación, haciendo más acogedora la casa. Y sobre todo, se dedicó tiempo extra a buscar piezas icónicas de mobiliario de diseño brasileño que encajaran con la distribución. Kika Mattos ha seguido la máxima de «menos es más»: es mejor disponer de pocos muebles pero que eleven la decoración, que tener muchos y desordenados, que al final solo acaban por ocupar espacio.
En el comedor, alrededor de la mesa Tulip de Eero Saarinen en mármol de Carrara, una de las piezas estrella de la casa: un conjunto de sillas Lúcio Costa de Sérgio Rodrigues, un diseño de 1956 en madera maciza y caña que encontraron en un anticuario. En el salón, destaca una butaca diseñada por Nildo José y retapizada en tonos neutros y una mesita auxiliar Petalas, diseñada en los sesenta por Jorge Zalzsupin.
Soluciones decorativas para espacios pequeños: las paredes bitono
Para el único dormitorio del apartamento se siguió la misma línea, aunque con una sutil pero definitiva variación. Se optó por un tono melocotón para convertir las paredes en paneles bitono y jugar con la combinación de colores de la pared y del juego de cama. Una solución muy inteligente para un espacio destinado al descanso que, en la mayoría de ocasiones, no suele llevarse bien con los tonos o formas más llamativas. Sin duda, algo a tener en cuenta cuando tengamos que decidir de qué color pintar la casa.
En el baño, se cambió la encimera del lavabo y la grifería, y se optó por conservar el azulejo existente en blanco, pintando el techo de negro para crear un contraste fuerte. El toque de modernidad lo pone la luminaria dorada encima del lavabo. Mezclar elementos clásicos y modernos siempre hace que el proyecto tenga más personalidad.
Fotografía: Gabriela Daltro