Studio Modijefsky reinterpreta la clásica Dijkhuis (casa del dique) neerlandesa.
En el norte de Ámsterdam, Studio Modijefsky ha transformado una tradicional "Dijkhuis" (casa del dique) en una vivienda familiar de 260 m2. Una construcción edificada junto a un dique, rodeada por un jardín en un nivel inferior.
La casa del dique
«La situación de la casa provoca una diferencia de altura y luz que plantea desafíos de diseño y oportunidades creativas en igual medida» cuentan los holandeses Studio Modijefsky, autores de esta casa. Una vivienda que conserva su carácter original y que logra un perfecto equilibrio entre patrimonio y las nuevas incorporaciones.
Respeto por las preexistencias
Con el objetivo de crear un interior respetuoso con la arquitectura original y que al mismo tiempo la actualice, los arquitectos han estudiado las cualidades espaciales de cada sala. Todas ellas se han maximizado, tanto a nivel espacial como ampliando las ventanas para dejar entrar abundante luz natural.
Una espaciosa cocina abierta al jardín
Este cambio se hace más evidente en la espaciosa cocina-comedor situada en la trasera de la casa. Una gran mesa situada bajo un techo de vigas de madera permite a la familia reunirse a comer o simplemente disfrutar de la vista del jardín a través de amplias ventanas francesas.
En la cocina, la encimera de terrazo sobre gabinetes de madera se combina con una alacena retroiluminada hecha a medida en vidrio y perfiles metálicos. Todo ello, sobre un característico pavimento de baldosas de terracota.
Madera de roble, mármol púrpura y latón
Sobre la cocina y construido al mismo nivel del dique, el pasillo de entrada da acceso a un baño revestido de azulejos cuadrados de color blanquecino, brillantes en la pared y mates en el suelo. Junto a ellos conviven los zócalos de madera pintada y un mueble de baño de madera de roble y mármol púrpura con detalles de latón.
La sala de estar: la joya de la casa
Concebida como el espacio más lujoso de la casa, la sala de estar se llena de luz natural gracias a las grandes ventanas arqueadas. Estas aportan al techo curvo y con decoraciones art déco una sensación espaciosa y acogedora.
Tanto el techo como las paredes se han pintado en tres tonos de blanco para realzar los elementos arquitectónicos de la sala. De esta forma, y aunque en un espacio tan iluminado se podía haber optado por colores más oscuros para lograr un efecto dramático, el hecho de pintarlos de claro hace que la todas las miradas se dirijan al gabinete de nogal, cuya forma refleja las ventanas opuestas. Un gran sofá verde y una coctelería de obra con encimera de terrazo hacen de esta una estancia el lugar perfecto para relajarse desde el atardecer hasta el amanecer.
Un estudio que también funciona como habitación de invitados
Esta planta también alberga un estudio que además funciona como habitación de invitados. Funcionales y estéticos, los armarios añaden carácter y ofrecen abundante espacio de almacenamiento para residentes e invitados. El baño en suite se ha decorado con azulejos rectangulares de color hueso en acabados brillantes y mate, travertino, latón, un espejo y un mueble de madera de roble.
Una última planta para el relax y la desconexión
Con dos ventanas abuhardilladas que se extienden a lo largo de dos tercios de la longitud del techo, la planta alta alberga cuatro dormitorios, dos baños y un aseo independiente. En contraste con la planta baja, los pavimentos aquí son más claros, combinados con colores más brillantes en las paredes para crear una atmósfera serena. Además, los techos de los dormitorios conservan detalles de las vigas originales.
Revestidos con azulejos rectangulares verticales brillantes en las paredes y mates en forma de espiga en el suelo, los baños incorporan un protector contra salpicaduras de travertino.
Tradición y modernidad
El parqué de doble lama en forma de espiga elegido para los dormitorios se sustituye en los pasillos por un entarimado recto que da más carácter a las dimensiones verticales de la casa. Esto simboliza la forma en que Studio Modijefsky rinde homenaje a la herencia de un edificio que rediseña desde un enfoque contemporáneo.
Fotografías: Maarten Willemstein