«El mejor diseño del año» es inclusivo, empático y respetuoso.
El FAD, junto con el Museu del Disseny de Barcelona, acaba de inaugurar la exposición anual "El mejor diseño del año", un recorrido por los mejores proyectos de diseño visual, de producto y espacial concebidos durante los últimos meses. En esta ocasión, se muestra una clara tendencia a lo social y lo esencial: vuelta al minimalismo, innovación en biomateriales y mucho foco en el bienestar de las personas.
El diseño, catalizador de la sociedad
No hace falta hacer focus groups, estudios de mercado o encuestas de opinión pública para intuir cuáles son las inquietudes actuales de la sociedad española post-pandemia. Basta con acercarse a la exposición ‘El mejor diseño del año’, que acaba de abrir en el Disseny Hub de Barcelona. Su inauguración ha sido el gran pistoletazo de salida de la Barcelona Design Week y será, seguro, uno de sus hot spots. La exhibición pone de manifiesto hasta qué punto el diseño es un catalizador de las preocupaciones o, cuánto menos, de las tendencias sociales.
A través de un sencillo recorrido por las tres grandes áreas, divididas entre Diseño gráfico y comunicación audiovisual (proyectos seleccionados Premios ADG Laus), Diseño del espacio (seleccionados Premios FAD de Arquitectura) y Diseño de producto (seleccionados Premios ADI), uno se da cuenta que la pandemia ha hecho verdadera mella en todos los ámbitos. La exposición recoge 500 proyectos tan variados como cartelería, packaging, instalaciones efímeras, edificios, mobiliario, coches o juguetes. Y en todos ellos se aprecia un denominador común: la preocupación de sus diseñadores por el bienestar de las personas.
La pandemia nos ha vuelto más empáticos frente a realidades ajenas y más conscientes de la emergencia climática. La máxima del menos es más, del poco pero bueno y del compartir es vivir vuelve a estar sobre la mesa, al menos desde el aspecto conceptual. Luego veremos si se generaliza su materialización.
Comunicación visual contracultural
La selección de proyectos y obras expuestas de ADG-FAD manifiesta una recuperación de esa voluntad de transformación desde el diseño gráfico. El simbólico cartel de la película Madres Paralelas (con un pezón que escandalizó a mucho en las redes sociales) o la campaña ‘No queremos más obstáculos’ realizada para el Ayuntamiento de Madrid, muy minimalista pero directa y efectiva, son un ejemplo de este deseo de expresar mucho en poco. El usuario vuelve a situarse en el centro de la creación, especialmente en los proyectos de los estudiantes, focalizados en la sostenibilidad, la inclusividad y la innovación tecnológica.
Diseño de producto resiliente
Precisamente, la innovación tecnología aplicada a la artesanía es otra de las grandes tendencias que se perciben entre los proyectos de diseño industrial seleccionados en los premios ADI. Observamos cómo la impresión 3D, que puede parecer muy tecnológica, se aplica desde el punto de vista artesano (la lámpara de Banzai Turba es una muestra de ello), o cómo la tecnología puede ayudar a fabricar algo tan tradicional como las baldosas hidráulicas, en tamaños XXL y a concebir contenedores de basura inteligentes.
El diseño de producto se ha mantenido resiliente y se ha adaptado a las nuevas circunstancias. La irrupción del teletrabajo ha significado el desarrollo de un sinfín de propuestas para home offices (mesas de reuniones domésticas, biombos, cubículos insonorizados…). Asimismo, la figura del diseñador industrial se ha vuelto aún más polivalente. El mismo autor, tan pronto te diseña una silla, como un succionador de clítoris o una cafetera.
Y, de nuevo, la crisis medioambiental y bienestar de las personas centra la atención de la mayoría de propuestas, sobre todo entre los más jóvenes: camillas de Decathlon medicalizadas para atender a supervivientes rescatados del Mediterráneo; piezas geométricas para facilitar la terapia con pacientes víctimas del abuso infantil; artilugios para la recogida de plásticos en la playa (hechos con plástico reciclado), utensilios para la auto-medicación de personas con movilidad reducida…
Arquitectura para las personas
En cuánto al diseño de espacio, y ante ciudades cada vez más habitadas, hay una manifiesta recuperación del espacio público, de la vida de barrio y, también, de las plantas bajas. Los proyectos seleccionados en los Premios FAD de Arquitectura muestran una nueva realidad a través del ingenio de arquitectos e interioristas para convertir locales a pie de calle en viviendas.
También hay un notable crecimiento de festivales de arquitectura efímera, como Concéntrico en Logroño, para los que se conciben instalaciones prácticamente con nula huella ecológica, donde los propios materiales empleados vuelven a reutilizarse.
Los principios de la Nueva Bauhaus
Como novedad, la exposición de este año ha integrado algunos de los principio de la Nueva Bauhaus Europea en la selección de productos y proyectos. Así, en el recorrido vamos encontrados propuestas seleccionadas por su belleza, sostenibilidad o inclusividad. A estos principios se le ha sumado, también, el de innovación tecnológica. Cada uno está indicado con un color fácilmente reconocible.
Otra de las novedades es la actividad familiar, organizada en colaboración con la revista-agenda cultural El Culturista, APLI y Museu del Disseny.
Diseño expositivo
Predicando con el ejemplo, el diseño de la exposición reaprovecha el sistema de soportes creado anteriormente por Sarquella Torres Arquitectes. Este año, las arquitectas Giovanna Giampetruzzi y Soledad Lanús le han dado un giro de tuerca. La iluminación ha ido a cargo del estudio 380-370 mm, que ha concebido unas luminarias ad hoc para la exposición.
La imagen gráfica es obra de la diseñadora Gemma Villegas, que ha jugado con las formas geométricas que componen el logotipo del FAD (cuadrado, triángulo y círculo) para crear una nueva tipografía.
La exposición ‘El mejor diseño del año’ está abierta hasta el 28 de agosto 2022. Horario M-D 10h a 20h. en el Espacio A del edificio Disseny Hub Barcelona.
Fotografías exposición: Xavier Padrós
