Wes Anderson diseña un vagón de tren que parece sacado de una de sus películas.
La estética del célebre cineasta traspasa la gran pantalla en el carruaje Cygnus del Belmond British Pullman. Aunque preserva varios de sus elementos art déco originales, el estadounidense ha agregado su característico toque personal en este tren que recorre el Reino Unido.
Lujo cinemático
Probablemente, pocos cineastas pueden presumir de una estética tan característica y reconocible como la de Wes Anderson, quien acaba de estrenar La crónica francesa. No obstante, aparte de en la gran pantalla, en el último lustro también ha participado en otros proyectos relacionados con la moda y el diseño.
Por ejemplo, en 2015 ideó el Bar Luce de la Fundación Prada de Milán. Y, al año siguiente, dirigió un simpático anuncio navideño de H&M en el que el actor Adrien Brody encarnaba al maquinista de un tren.
Por eso mismo, a nadie ha extrañado que Anderson se haya animado a rediseñar el vagón Cygnus del famoso tren privado de lujo Belmond British Pullman. De hecho, no solo ha sido capaz de equilibrar cuidadosamente la preservación histórica de este carruaje de inspiración art déco, sino que ha reinterpretado su diseño con su inimitable impronta.
Tal como confiesa el propio Anderson: «¡Me encantan los trenes! A menudo he tenido la oportunidad de inventar compartimentos de trenes y vagones en mis películas, por lo que inmediatamente me complació decir ‘sí’ a esta oportunidad en la vida real. Estaba muy ansioso por hacer algo nuevo al mismo tiempo que participaba en el proceso de preservación que acompaña a todos los proyectos clásicos del tren Belmond«.
Los pequeños detalles importan
El estadounidense ha sido fiel a la historia del vagón Cygnus, que data de los años cincuenta. Su nombre, tomado del dios griego del equilibro, a menudo se personifica como un cisne y se inmortaliza en una constelación. Ese es el motivo por el que en el interior de dicha cabina cohabitan varias referencias a esta mitológica leyenda.
Sobre todo, esto puede apreciarse en las intrincadas ondas de marquetería hechas a mano o las hojas de plata colocadas en el techo que se reflejan como el agua. También, en los enfriadores de champán en forma de cisne.
Asimismo, Anderson ha agregado su personalidad combinando tonos verdes y rosas e incorporando paneles de marquetería con detalles de nubes y olas igual de simétricas que oníricas. Además, ha tapizado los asientos con unos patrones geométricos como los que imperan en toda su filmografía.
El tren, con diversas salidas durante el año desde la estación Victoria de Londres, ya está operativo. Hay dos opciones disponibles: de 400 y 1.800 libras. En primer lugar, el denominado Pullman Dining ofrece asientos reservados en el carruaje y una selección de platos elaborados por chefs de prestigio. Por su parte, Pullman Coupé dispone de embarque prioritario, un menú exclusivo servido en una vajilla seleccionada por el propio Anderson y champán Veuve Clicquot. Claro está, este es un viaje de película.