Un edificio de viviendas en Buenos Aires que experimenta con el ladrillo visto.
El estudio de arquitectura Arqtipo ha diseñado YPY, un edificio de once viviendas en Partido de San Martin, BA. El conjunto residencial destaca por su potente materialidad, que explora las capacidades constructivas y estéticas del ladrillo visto.
La arquitectura del estudio Arqtipo
La conjunción entre práctica arquitectónica y tipología -entendida como el estudio de un tipo conocido para generar conocimiento– son las premisas en las que se basan los objetivos del estudio argentino Arqtipo.
El encargo de este edificio residencial sirvió de excusa para revisar las capacidades tectónicas y estéticas que ofrece un material ya conocido, el ladrillo visto, al servicio de nuevos modos de habitar. El resultado es un conjunto residencial que relaciona de manera coherente su volumetría y materiales con los usos que aloja.
Un edificio abierto al exterior
Este edificio de viviendas en Buenos Aires se sitúa en una típica manzana de uso residencial. El conjunto genera un gran patio orientado al oeste y se abre al exterior mediante gradientes de ladrillo visto en todos sus frentes.
Los diferentes planos de la envolvente actúan como un tamiz natural que varía su densidad en función de los usos: privados, semipúblicos y públicos. Además, permite generar ventilación cruzada en las viviendas y captar la mayor cantidad de luz natural a lo largo de todo el día.
En cuanto a su configuración interna, el edificio se distribuye a lo largo de cinco plantas y dos volúmenes organizados alrededor del patio central. Los espacios servidores del edificio -circulación e instalaciones- y espacios privados de las viviendas, se colocan en torno a este espacio central. Por contra, los espacios públicos se abren a las fachadas exteriores.
Las posibilidades del ladrillo visto
El diseño arquitectónico suele verse afectado por condicionantes externos, como por ejemplo la capacidad económica del encargo. En este edificio de viviendas en Buenos Aires se trató de sacar el máximo partido al ladrillo, aprovechando su capacidad constructiva y de envolvente.
La estructura se basa en un sistema de en hormigón armado mezclado con planos de ladrillo dispuesto de diferentes formas. Para no añadir más materiales, estos planos tramados se utilizan en las medianeras, como celosías para los gradientes de privacidad y en los tamices de luz natural.
En el cromatismo de las viviendas destaca el contraste del color rojizo del ladrillo, con los tonos blancos y grises del interior. Además, la la incidencia de luz natural hace que la percepción de los tonos cambie y sea única en cada momento del día.
Fotografía: Federico Kulekdjian