Caserío Azkarraga: vivienda, restaurante y agroturismo en Bizkaia.
BABELstudio y Bonadona Arquitectura se han unido para reconstruir el antiguo Caserío Azkarraga en el Barrio Aldana, Bizkaia. En un solar ligeramente alejado del núcleo de edificios catalogados de la zona, la edificación ocupa una ladera entre el parque natural de Urkiola y la reserva de la biosfera de Urdaibai.
El nuevo edificio se ubica en una parcela originalmente ocupada por una casa de piedra de dos plantas, y da cabida a tres usos diferentes, aunque interrelacionados. «Cuando visitamos el solar, nos encontramos con que, tanto la construcción de mediados del siglo XIX, como su ampliación más reciente, de una sola planta, se encontraban en ruinas», cuentan los arquitectos. Con la estructura del tejado y los elementos estructurales internos completamente derrumbados, solo fue posible conservar los muros de mampostería perimetrales, de hasta un metro de profundidad.
Con este punto de partida y una normativa que obligaba a mantener la huella original del edificio, incluido el volumen anexo, pero que permitía modificaciones sustanciales en la altura, las aberturas de la fachada y la elección de materiales, BABELstudio y Bonadona Arquitectura comenzaron el proyecto.
Recuperar una tipología original
«El hecho de tratarse de un edificio en ruinas permitía cierta libertad de diseño y elección de materiales», explican los autores del proyecto, que se plantearon la intervención como «una oportunidad de restaurar la tipología tradicional del lugar, eliminando todos los elementos arquitectónicos conflictivos». Una arquitectura contemporánea y minimalista, que se integra en los aspectos formales y volumétricos de su contexto arquitectónico.
Vivienda, restaurante y agroturisno
La nueva casa da respuesta a las necesidades de sus propietarios, un chef, hasta entonces dueño de un conocido restaurante en Bilbao, su mujer y socia, y sus tres hijos pequeños. Para lograrlo, se diseña un volumen compacto y abstracto, que alberga una vivienda, su nuevo restaurante, La Revelía, y un local de agroturismo. A cada uno de ellos se accede a través de tres profundos recortes en la fachada del nuevo edificio.
El mal estado de los muros de piedra originales, a la altura del segundo piso, obligó a eliminar esta parte del edificio y organizar la mayor parte del programa en una única planta, reservada para la vivienda y el restaurante. Con sólo la zona destinada al agroturismo en el segundo nivel, el diseño hace referencia a la volumetría y proporciones originales de los caseríos históricos.
Minimalismo estructural
Igual que hacía el edificio original, el nuevo proyecto utiliza los muros perimetrales de las fachadas como estructura portante. De esta forma, se logran minimizar los nuevos elementos estructurales, reducidos a un único muro de hormigón en el centro de la planta baja. Además de funcionar como elemento estructural, contiene el vaso de la piscina interior y organiza el programa del nivel inferior. No solo separa los usos de la unidad residencial de los del restaurante, sino que también da acceso al agroturismo de la segunda planta.
Una acogedora vivienda
Nada más entrar a la vivienda, se accede a la zona de día, que reúne en un mismo espacio diáfano y a doble altura salón, comedor y cocina. Tres grandes ventanales correderos integrados en la fachada lo abren al paisaje, potenciando la continuidad entre interior y exterior.
La mesa Mikado H75 y sillas Hari de Ondarreta equipan el comedor. Junto a ellos, y en la zona de estar, el sofá Senso de Joquer convive con la silla BKF de Isist Atelier y la mesa auxiliar Solapa de Stua. Esta última, sobre una alfombra Rabari I de Nanimarquina del estar.
Situada en el nuevo volumen anexo, la zona de noche alberga la suite principal con dormitorio y baño, y otros dos dormitorios individuales. Todos ellos con acceso directo al jardín circundante. La cubierta plana de este nuevo cuerpo se utiliza como terraza exterior del agroturismo.
Un spa en el corazón de la planta
El centro de la planta del edificio original se reserva para una zona de spa equipada con piscina y sauna. Junto con el muro de hormigón estructural, esta actúa como bisagra entre el uso de vivienda y el de restaurante.
Para iluminar, tanto la zona de día de la vivienda como el restaurante, se ha elegido la lámpara Cesta de Santa & Cole, mientras que en los dormitorios se ha optado por la Lola S1232 de Aromas.
Un restaurante abierto al paisaje
Con grandes aberturas en la esquina suroeste, el restaurante se ha diseñado en continuidad con el entorno natural y el huerto de uso propio. Al contrario que en la vivienda, aquí el interior se diseña en tonos oscuros, con paredes revestidas de negro y suelos de terrazo continuo. En esta ocasión, la mesa Mikado H75 y las sillas Hari conviven con las Bai Terracota, todas ellas de Ondarreta.
Integrada en el comedor, la cocina se separa de él por un cierre transparente de marco de acero y vidrio sobre una base de mármol. De esta forma se logra que la elaboración de los platos servidos sea visible y forme parte de la experiencia gastronómica.
Sencillez constructiva
Inspirándose en la sencillez constructiva del edificio original, el proyecto opta por una fachada ventilada de madera de pino tintado en negro que envuelve los muros de piedra originales. Para contrastar con la oscura fachada, los nichos de entrada se revisten en paneles de madera de pino de tono natural. Todas las puertas y ventanas exteriores son de madera de pino laminada.
El terrazo en diferentes tonos de color y grados de pulido reviste suelos en los baños y la piscina. En cambio, se ha optado por el mármol para la pared divisoria del restaurante hacia la cocina.
Apuesta por la sostenibilidad
«Tanto el restaurante como la construcción y el funcionamiento del edificio pretenden ser sostenibles», cuentan los arquitectos, que han utilizado geotermia como energía renovable. Además de aprovechar el manantial natural situado en la propiedad para el abastecimiento de agua, se ha utilizado madera de los pinos existentes en la parcela. La decisión de reducir el uso de materiales no solo da respuesta a una necesidad estética, sino también la de simplificar la construcción de un proyecto de aspecto tranquilo, elegante y escultural.
Fotografía: Biderbost Photo