Reforma de una pequeña vivienda asomada al río Miño.
Situada en la zona histórica de Tuy (Pontevedra), en un precioso entorno natural, esta singular vivienda acaba de ser rehabilitada por el equipo de arquitectos de Erbalunga Estudio.
El proyecto tiene como objetivo ganar luz, espacios y vistas y conectar la casa con el paisaje. Arminda Espino y Rubén Rodríguez, de Erbalunga Estudio, toman como punto de partida una construcción de 50 m2. Un espacio con numerosas intervenciones que a lo largo de los años había ido aumentando la superficie a medida que se necesitaba más casa. El resultado, una vivienda fragmentada en muchas estancias de pequeñas dimensiones sin ninguna conexión entre sí.
Lo primero que hicieron los arquitectos fue buscar los límites del muro original de la vivienda y unificar todos los espacios añadidos posteriormente. Así, han proyectado un único volumen interior y luminoso, conectado con el paisaje exterior, la ribera del río Miño. También han creado una estancia intermedia y diáfana entre la zona privada de dormitorios y el entorno que envuelve a la casa.
Un ambiente común para compartir en familia
El trabajo se ha centrado en organizar las zonas comunes en un espacio continuo y así generar un nuevo ambiente que puedan compartir todos para todos los miembros de la familia. De esta manera, salón comedor y cocina se ubican de forma continua en un espacio diáfano. Esta distribución es totalmente nueva a la disposición del resto de la vivienda, mucho más fragmentada, íntima, personal pero también menos luminosa.
Las diferentes alturas definen y jerarquizan el espacio. En realidad, estos cambios de altura en cada habitación responden a realidades constructivas distintas, tanto en el uso de materiales, como en la forma de sustentarse. Se han puesto en valor conjugando la madera en distintas versiones.
En cuanto a los materiales, se simplifican al máximo. Llama la atención la piedra autóctona gallega, pero sin duda, la protagonista es la madera de roble y la madera teñida en blanco. Los colores juegan con la simetría de los techos. Así, el interior funciona de forma coral pero manteniendo la historia constructiva de cada una de las partes del inmueble. Para los arquitectos era importante no diluir las razones que habían llevado a la casa a tener esa disposición a lo largo de los años.
La madera natural o teñida en blanco acentúan la asimetría del techo
De igual manera el estudio ha intentado homogeneizar las soluciones de diseño para devolver el protagonismo al paisaje circundante. Y se logra a través de los grandes ventanales con carpintería en blanco que se abren al exterior y que marcan totalmente la forma de vivir en esta casa. Sin duda, las espectaculares vistas a la ribera del río Miño, que es enteramente navegable desde Tuy hasta su desembocadura con el océano Atlántico, definen el tiempo y el espacio la casa.
Gracias a esta reforma, la pequeña vivienda en Tuy ha ganado un espacio del que no disponía, una sala diáfana donde los miembros de la casa pueden encontrarse, relacionarse, o compartir algo, aún realizando cada uno de ellos distintas actividades. En este sentido, destaca el hueco que conecta la mesa de trabajo con la zona de estar. Sin duda, una independencia confortable y compartida.
Fotografía Iván Casal Nieto