Happy Socks estrena nueva sede en Estocolmo.
La nueva sede de Happy Socks es un fiel reflejo de la filosofía de la marca. Un espacio que estimula en cada rincón la creatividad de sus trabajadores.
El origen de este proyecto se encuentra en sus creadores. Mijael Söderlindh y Viktor Tell decidieron transformar un accesorio básico en un objeto de diseño bajo el nombre de Happy Socks. Unos calcetines que combinan calidad, artesanía y creatividad.
Base de operaciones a todo color
Esta nueva sede de trabajo se ubica en el complejo de oficinas Garnisonen, Karlavägen. Un espacio de 2300 metros cuadrados divididos en zonas de trabajo y áreas de ocio a partes iguales.
Cada estancia se configura como un espacio informal y colorido. Las fronteras entre el ocio y el trabajo se disipan, dando lugar a un taller creativo.
El objetivo es conseguir, mediante un método experimental, que los trabajadores expriman la creatividad en cada uno de los productos.
Un estilo único
El leitmotiv de esta propuesta se inspira en la arquitectura brutalista de Garnisonen, mezclado con un toque años 70. De esta forma, el esqueleto del edificio formado por las columnas y los techos vistos enmarcan la decoración de líneas retro.
Los neones se convierten en piezas clave para conseguir una estética propia de los años 70. Sus diferentes colores se funde sobre los papeles de pared, alfombras y mobiliario lleno de color.
Espacios de trabajo polivalentes
A simple vista, todas las estancias se han diseñado como espacios abiertos favoreciendo el trabajo en equipo. Además de lugares de trabajo, encontramos rincones como los que puedes ver a continuación.
Sala de reuniones
El elemento protagonista de esta estancia es la gran mesa de juntas. Un espacio donde coordinar el diseño, la fabricación y distribución de sus famosos calcetines.
Para contrarrestar la seriedad de estas reuniones se ha colocado un papel de olas que añade un toque de movimiento. Las lámparas sobre la mesa se encargan de distribuir la luz natural gracias a su material reflectante.
Games room
La envolvente de esta estancia es de un tono azulado, que cede todo el protagonismo a las piezas centrales. El conjunto de lámparas de ratán y las mesas centrales son las encargadas de organizar el resto del espacio.
La tapicería es un punto que se ha cuidado en todo el proyecto. Las diferentes telas como las alfombras de colores se fusionan en un perfecto equilibrio.
Happy hour o bar
La cerámica en tono rosa hasta la altura de la barra marca el área de la zona de bar.
Además de la barra, se ha colocado una mesa alta a la misma altura. Una interesante solución que crea una simetría entre ambos volúmenes.
Happy dinner o comedor
El pavimento geométrico se convierte en el vínculo de unión entre la zona de bar y el área de comedor.
Tres grandes mesas coronadas con tres lámparas colocadas en el centro del espacio acaparan toda la atención. Un área que permite organizar reuniones improvisadas entre los creativos de la empresa.
En definitiva, este proyecto de interiorismo se convierte en un espacio destinado a la comunicación y la creatividad de todos los trabajadores que forman parte de Happy Socks.
Ubicación: oficinas Garnisonen, Karlavägen, Estocolmo