5 ideas para un verano de desconexión y diseño.
Como todos los años, ahí va nuestra lista de alojamientos repartidos por todo el planeta. Os garantizamos la desconexión con la rutina diaria y os demostramos que naturaleza y buen diseño son más que compatibles. ¡Quizás los más rezagados estéis a tiempo para disfrutarlos!
1- Entre volcanes costarricenses
Nuestra primera sugerencia, Río Perdido, se ubica en Costa Rica, en un paradisíaco enclave a pie del volcán Miravalles. En este centro de turismo sostenible, las infraestructuras diseñadas por PROJECT CR+d sólo ocupan un 5% de la superficie total de la reserva, de 240 hectáreas. Su objetivo es potenciar tanto la aventura y la exploración, como el descanso y la relajación.
La principal fuente de inspiración partió de la naturaleza. Se buscó traducir las emociones generadas por el entorno natural al espacio arquitectónico y así crear una íntima conexión entre el huésped y Río Perdido. Para poder materializar este objetivo, se decidió elevar los bungalows sobre pilotes, proporcionado a sus ocupantes una privilegiada experiencia 360º. La topografía permitió además ubicar las unidades a cierta distancia. De esta forma se generan ambientes privados y tranquilos, inmersos en la soledad del bosque.
El complejo se estructura en tres bloques de cabañas. Cada uno de ellos, se diferencia por un color inspirado respectivamente en el río, las rocas y los árboles. Los sencillos volúmenes prefabricados se mimetizan con el bosque tropical seco, sin dejar de orientar al usuario dentro del complejo.
El interior de los alojamientos se caracterizan por sus tonalidades blancas y claras. Materiales frescos como el hormigón pulido, y texturas como la fibra de mecate invitan al descanso.
2- En la espesura del trópico vietnamita
El reconocido estudio vietnamita Vo Trong Nghia Architects es el autor de Naman Retreat Resort, a medio camino entre Danang y el casco antiguo de Hoi An. El complejo trata de ofrecer a sus huéspedes una experiencia de relajación física y mental. Para ello ofrece un entorno respetuoso con la naturaleza y actividades saludables como yoga, spa, deportes de playa, etc.
Para lograr este objetivo, la arquitectura se concibió como una combinación armoniosa de vegetación, piedra natural y bambú. El edificio del hotel, llamado Babilonia, se caracteriza por una exuberante fachada que combina lamas de hormigón y vegetación.
La construcción cuenta con 3 plantas, con 32 habitaciones dispuestas en forma de L, abrazando la piscina. La fachada verde reduce el brillo directo del sol y permite el flujo del viento. Minimiza la radiación térmica de la estación seca del clima tropical, funcionando como un espacio intermedio que permite el crecimiento de las plantas. Las tonalidades del hormigón con el que se ha construido la celosía armonizan con la naturaleza.
De esta manera, la vegetación está presente en todos los rincones del complejo, y al igual que en muchos de los edificios de este arquitecto, se convierte en su protagonista indiscutible.
3- En las paradisiacas costas del Índico
Si huís de la masificación a toda costa y lo que buscáis son playas completamente vírgenes, os recomendamos las costas de Mozambique. En el recién creado Quirimbas National Park se encuentra Guludo Beach Lodge. El proyecto, firmado por Kilburn Nightingale Architects, trata de ofrecer a sus huéspedes unas instalaciones turísticas de alto nivel, sin olvidar la preocupación medioambiental y social, ya que parte de los beneficios se reinvierten en la aldea de Guludo y en el distrito.
El complejo se organiza como un poblado tradicional. Una serie de edificios de pequeña escala se distribuyen a lo largo de un camino. El núcleo central se compone de los principales edificios públicos, que rodean un patio abierto, con un área de comedor cubierta con vistas al mar. Los huéspedes se alojan en “bandas” independientes, dispuestas al norte y al sur de dicho núcleo, frente a la playa.
Los edificios se construyen aprovechando materiales, técnicas y mano de obra local. La estructura se realiza mediante un entramado de bambú relleno de escombros o barro, enyesados con una mezcla de arena y lima. Las cubiertas se han realizado de paja tejida de palma de coco (‘makuti’) fijada a listones de bambú.
A nivel energético, se utilizan métodos pasivos de refrigeración (como el uso estratégico del sombreado o de la ventilación). La utilización de combustibles fósiles se reduce al mínimo (para el calentamiento del agua se utilizan placas fotovoltaicas). El uso de baños de compostaje reduce el consumo de agua y elimina el riesgo de polución por las aguas residuales.
4- En la tranquilidad del Alentejo portugués
Portugal es un país que nunca falta en nuestras selecciones de alojamientos bien diseñados y en perfecto equilibrio con su entorno. En esta ocasión os recomendamos el Hotel Sobreiras – Alentejo Country, ubicado en una propiedad de aproximadamente 25 ha en la Serra de Grândola, a 200 m sobre el nivel del mar, salpicado de alcornoques, encinas y olivos. El diseño es obra del arquitecto Miguel Correia, junto con su equipo multidisciplinario de FAT Future Architecture Thinking.
El objetivo principal del proyecto ha sido preservar y revalorizar el entorno rural del hotel, tomándolo como fuente de inspiración. Se ha tratado de proporcionar un espacio para disfrutar del campo, confortable y tranquilo, en un ambiente sencillo y contemporáneo.
La disposición de los árboles existentes en el emplazamiento llevó a dividirlo en varios módulos. De esta forma se protege el patrimonio forestal, uno de los principales alicientes de este entorno natural único.
El hotel consta de ocho volúmenes, el más grande contiene la entrada, la recepción y diferentes zonas comunes. Los más pequeños incluyen instalaciones para el personal, áreas técnicas, de almacenamiento y de servicio. Los cinco restantes albergan 22 habitaciones y 2 suites. Todas ellas están dotadas de amplios espacios y terrazas privadas. Se disponen en conjuntos de 4 o 5 unidades, proporcionando toda la comodidad y privacidad para disfrutar de la tranquilidad del campo.
Los edificios evocan formalmente la imagen de una casa tradicional. Los troncos de madera utilizados en las fachadas establecen un diálogo con el paisaje circundante. Grandes vanos introducen el formidable paisaje en cada una de las estancias interiores.
La preocupación medioambiental se refleja en la orientación a Este de la mayoría de las aberturas, la existencia de amplias terrazas y porches, la ventilación natural cruzada… Todas estas medidas –presentes en la arquitectura tradicional local – forman parte integral de un sistema pasivo de control climático, cuyo objetivo es minimizar el uso de sistemas activos complementarios.
5- Colgados del vacío en los Pirineos
Sin salir de nuestras fronteras, Hotel Rab Riglos Suite ofrece la experiencia de dormir una noche colgando en el vacío a 100 metros del suelo. Este especial alojamiento cuenta con tres habitaciones colgantes en diferentes puntos de las paredes de los Mallos de Riglos, en el Prepirineo oscense.
Cada uno de estos habitáculos posee una capacidad máxima de cuatro personas. El servicio incluye el ascenso guiado hasta la habitación completamente equipada (luz, baño portátil…). También se ofrece una cena con productos de la zona.
Todos ellas disponen de un espacio o «terraza» donde poder permanecer de pie y tener libertad de movimientos. Este espacio permite poder disfrutar al aire libre de la tranquilidad del entorno, sus vistas y la sensación de vacío tan característico de las paredes de Riglos. Las medidas de seguridad se garantizan en todo momento.
Como veis, opciones muy diferentes para disfrutar de la naturaleza de diversas maneras. Pero si de todas formas, os han sabido a poco, tenemos más sugerencias para vosotros en este enlace.