El majestuoso Mercat de Sant Antoni reabre sus puertas.
La historia del Mercat de Sant Antoni se desarrolla paralela a la de Barcelona. En sus orígenes fue un mercado al aire libre que se situó estratégicamente en el concurrido acceso sur de la ciudad amurallada. Con la expansión de la ciudad, el derribo de las murallas y el desarrollo del Pla Cerdà, el mercado se reubicó dónde por aquel entonces eran las afueras de la ciudad. El proyecto fue a cargo del arquitecto Antoni Rovira i Trias, quien se inspiró en los edificios de Les Halles de París. Las obras empezaron en 1879 y se finalizaron en 1882.
Diez años de obras
El 10 de octubre de 2009 el edificio cerró sus puertas al público para embarcarse en unas obras de rehabilitación que han resultado, cuánto menos, titánicas. El proyecto se adjudicó a los arquitectos Pere Joan Ravellat, Carme Rivas y Olga Schmid, ganadores del concurso público. Suyo también es el Mercado Provisional del Dominical que se montó provisionalmente durante las obras, y por el cuál obtuvieron varias distinciones (Obra seleccionada Premios FAD Ciudad y Paisaje 2012 y Finalista XII Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo 2013, entre otros).
El trabajo de remodelación se ha dividido en tres fases. La primera: prospección y derribo del interior. La eliminación de construcciones perimetrales y adosadas al recinto concluyó a finales del año 2010.
En la segunda fase se erigió una gran infraestructura que permitió la construcción de cuatro plantas subterráneas por debajo del edificio original, sin desmontarlo ni trasladarlo.
En 2004 se inició la tercera etapa de las obras, en la que se vaciaron 160.000m2 de tierra para construir las cuatro plantas subterráneas que albergarían la zona de ampliación comercial, el área logística, almacenes, zona de carga/descarga y el párquing público. Esta última fase se vio alterada por el hallazgo de restos arqueológicos (ya identificados en la prospección del terreno).
Yacimientos arqueológicos
Entre los descubrimientos arqueológicos, se desenterraron e identificaron restos de la necrópolis, del baluarte de Sant Antoni (que formó parte de la muralla medieval), un tramo de la Vía Augusta Romana y una masía agrícola del S.XVI.
Cuatro diagonales y un núcleo octagonal
El mercado actual ocupa una manzana entera entre las calles Tamarit, Manso, Comte Urgell y Comte Borrell. Se compone de cuatro cuerpos que forman una cruz sobre las diagonales. Las cuatro naves se unen en un núcleo central en forma octagonal. Sobre él, se eleva una impresionante cúpula.
Arquitectura del Hierro
La fachada destaca por sus ornamentos serigrafiados sobre hierro.
La iluminación exterior de Simon
La iluminación exterior ha corrido a cargo de Simon, que para la ocasión ha diseñado un modelo de líneas neutras y estética sobria con el objetivo de potenciar el protagonismo del edificio.
Abierto cada día de la semana
El Mercat de Sant Antoni es el único de la ciudad con oferta los siete días de la semana y acoge tres mercados: alimentación fresca, encantes y dominical del libro (especializado en coleccionismo de postales, carteles, sellos, revistas, cromos…).
Fotografías de Ravellat-Rivas Arquitectes y Jordi Casañas.