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citroen cactus gufram diariodesign

Lo más inesperado de Gufram es un coche.

Pero no un coche cualquiera: el Citroën C4 Cactus fue de lo más original que vimos el pasado abril durante el Salone del Mobile de Milán, gracias a la colaboración con Gufram, la marca más irreverente de Italia y creadora del cactus más famoso del mundo del diseñeo. El nombre del vehículo ya significó una inspiración para crear el modelo más original del mercado, al que se le ha añadido una paleta de color que no puede pasar desapercibida en la carretera.
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Citroën presentó en el Spazio Quattrocento, en via Tortona 31, la nueva forma de acercar el diseño a la industria del automóvil uniendo tecnología y materiales de vanguardia. De ahí la colaboración con Gufram, para crear un concept car que redefine el original Airbump.

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De acuerdo con la promesa de Citroën de «ser diferentes», los franceses han sorprendido con el crossover menos convencional, que se caracteriza por la carrocería en plástico que evita los pequeños golpes del día a día. Gufram por su parte ha sumado su implacable deseo de experimentar, como se ve en sus icónicos productos de impacto estético único al mundo del diseño radical.

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Diseño pop radical aplicado a la reinterpretación de la cubierta, cambiando la característica Airbumps® por texturas de poliuretano suave, la icónica mano de escultura doméstica acabada en Guflac®, un proceso patentado especial que permite algunos efectos estéticos verdaderamente únicos y experimentales.

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Pero la gran clave fue la idea de compartir nombre: Cactus provocó una reflexión sobre y alrededor de una «contaminación» poco convencional e irreverente. Este diálogo creativo se materializó gracias a un enfoque industrial, producción artesanal y talento. Al modelar un material tan maleable como la arcilla, paso a paso, y el equilibrio de la convexidad con la concavidad como en una pieza de escultura de la mano, los baches de Cactus® por Gufram fueron reconstruidos en el Airbumps® del Citroen C4 Cactus. Con la ayuda de un escáner tridimensional y una sofisticada maquinaria de control numérico, fue posible reproducir las mismas profundidades, relieves y huecos en láminas flexibles de espuma de poliuretano de diferente densidad. El paso final consistió en la aplicación manual de Guflac®, una capa de pintura especial que crea una piel flexible para preservar la suavidad del material.

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El toque final lo aporta la pintura de carrocería: un gradiente sombreado de verde lima hacia naranja brillante, con una referencia explícita al Metacactus® por Gufram, la edición limitada de Cactus® producida en 2012 para celebrar su cuadragésimo aniversario.

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Para no quedarse atrás, el diseño interior es fresco y original. Los asientos y los paneles de las puertas están completamente tapizados en una tela de microfibra específicamente concebida para aplicaciones automotrices, en los mismos colores y sombreado degradado que la carrocería. La tela también se ha acolchado en patrones de círculos concéntricos, cuyas costuras circulares y costuras superiores son de color naranja.

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