Kwerk: el loco y extravagante coworking de París.

El distrito VIII de París es el nuevo hogar del coworking más original de Europa, Kwerk, que aterriza en el Viejo Continente tras siete años de periplo exitoso en Nueva York, Bali y Ciudad del Cabo y un pequeño experimento en Boulogne, también en suelo francés.

El arquitecto y diseñador sudafricano afincado en Nueva York Albert Angel y el emprendedor inglés Lawrence Knights, establecido en París, son los dos trabajadores nómadas que firman este maravilloso y loco proyecto que pone un punto de diseño y cosmopolita a las oficinas comunales, tan en boga hoy en día. Arte y bienestar en un espacio donde compartir es la clave primordial.

Kwerk es la transcripción fonética de quirk, una voz inglesa que se puede traducir por rareza, excentricidad, extravagancia. Una característica que nos convierte en únicos, especiales. Así se puede definir este espacio de trabajo radicalmente novedoso y enfocado a ciudadanos del mundo, donde dialogan arte, bienestar, diseño y arquitectura.

La nueva sede de Kwerk ocupa 2200 metros cuadrados y se encuentra en la rue de Bienfaisance, cercana a la Gare de Saint-Lazare que tan bien recreó Claude Monet, y es un buque insignia desde el que desplegar todo tipo de ideas y actuaciones gracias a una completa versatilidad.

Salas abiertas y también cubículos más privados, salas de juntas y de relax en cada planta, dos terrazas, un jardín y hasta un espacio wellness con gimnasio y un aula para impartir cursos.

El mobiliario ha sido escogido para ser cómodo, elegante y versátil al mismo tiempo, con un ligero aspecto exótico que hace referencia a los orígenes de Kwerk. Firmas como Pedrali, Arflex, Roche Bobois, Herman Miller o Magis comparten espacio con muebles hechos a medida por el propio Albert Angel, a partir de materiales nobles pero también de muebles de IKEA customizados.