Nace Beerd, un joven templo cervecero con aire industrial en Bristol.

En poco más de tres semanas y un presupuesto limitado, el joven diseñador local Simon Jones proyectó con éxito el primer local de degustación de cervezas artesanales del este del país dirigido a un público joven y amante de las nuevas tendencias. Beerd pone su mirada en el pasado, despojándose de artificios y volviendo a lo básico.

El interior muestra pinceladas de estética industrial. Las paredes, libres de yesos artificiales, enseñan majestuosas la madera y los ladrillos originales. Las mesas, que son simples tablones de madera de pino, y las lámparas esmaltadas contribuyen a ese moderno aspecto fabril.

Llama mucho la atención las paredes verdes decoradas con diseños de antiguos posavasos y etiquetas de cervezas creadas expresamente por Simple Simon Design. También los enormes ojos de buey rescatados de los buques de salvamento marítimo, que ahora comunican con el interior de la cocina, donde se preparan deliciosas pizzas.

La barra del bar, aunque es la originaria, se ha reducido de tamaño y se ha colocado en un rincón del local para conseguir que el ambiente respire más amplitud. Los tablones de madera reciclada que aguantan la barra configuran un arcoíris de colores, contrastado con la sobriedad de los muros de obra vista.

Tanto las sillas como los taburetes llaman la atención por su colorido y sus formas dispares, que recuerdan los antiguos pupitres de las escuelas inglesas. Los sofás, más confortables, son de color verde pistacho y se inspiran en la estética pop de los años sesenta.

El inmenso barril con nueve grifos que imita las torres de agua de los viejos apartamentos neoyorkinos se encarga de recordar constantemente que estamos en un templo cervecero.

Imágenes cortesía de Frances Taylor Photography