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martacarrera
13 enero 2012

La fortaleza de Franzensfeste en el Tirol: un laberinto militar subterráneo reconvertido en sala de exposiciones.

En medio del valle italiano de Eisack, en el sur del Tirol, se esconde bajo tierra una antigua fortaleza de dimensiones similares a las de una pequeña ciudad. Con 20 hectáreas, es la mayor fortificación levantada (o soterrada) en los Alpes a finales del siglo XIX. Lejos de su finalidad militar original, proteger la tierra de los Habsburgo de los avances de la revolución francesa, ahora la fortaleza de Franzenfeste se ha convertido en uno de los centros culturales más modernos y originales del país transalpino de la mano de la remodelación hecha por los arquitectos Markus Scherer y Walter Dietl. Prueba de ello son los galardones conseguidos, como el premio Oderzo 2010, y una mención especial en la 12 Biennale di Architettura di Venezia.

La fortaleza, antaño inexpugnable y de líneas simples, está dividida en tres niveles, algo que se mantiene de su diseño original de 1833. Puede parecer algo claustrofóbico adentrarse en ella, pero nada más lejos de la realidad. Gracias a las modernas estructuras de vidrio y acero y a los espacios abiertos que se han creado, el conjunto monumental se ha convertido en lugar de encuentro e intercambio entre culturas.

Para Scherer ha sido muy importante preservar la esencia y los edificios de la fortificación. Así pues restauró los imponentes bloques de granito, reparó las ventanas e impermeabilizó los techos para evitar la degradación del monumento.

Es sorprendente caminar por la fortaleza que, con sus bóvedas de ladrillo visto y pasillos, parece infinita y laberíntica.

Los distintos niveles, edificios y estancias están conectados por rampas y escaleras. También, por ascensores, como los que hallamos escondidos en las dos torres de granito sin ventanas.

En ella se ubica un centro de visitantes con una taquilla y una tienda, una cafetería, un restaurante, un área de juegos para niños y una gran sala de exposiciones.

En los alrededores, se ha construido un misterioso lago artificial en el que se levantan dos puentes flotantes de acero que comunican diferentes edificios entre sí.

Ficha técnica

Arquitectos: Markus Scherer y Walter Dietl
Cliente: Provincia autónoma de Bolzano
Localización: Franzensfeste (Fortezza), Italia
Equipo del proyecto: Josef March, Hans Peter Santer, Julius Mühlögger y Gunnar Holzer
Colaboradores: Heike Kirnbauer, Elena Mezzanotte
Finalización del proyecto: 2009
Supervisor de obra: Markus Scherer y Klaus Plattner
Ingeniería estructural: Baubüro-Klaus Plattner
Coordinador de seguridad: Günther Rienzner
Ingeniería eléctrica y doméstica: Planconsulting
Fotografías de René Riller y Alessandra Chemollo

 

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