Redux House de Studio MK27. La casa que rompió un matrimonio.

“¿Quién podría querer esta casa?”, se jacta el narrador en el vídeo en blanco y negro. “Es fría, sin vida”, dice él, que dice preferir un estilo más neoclásico. “¿Quién podría ser feliz en ese espacio tan abierto y sin encanto?”. Él no, pero seguro que muchos sí.

Dirigido por el fotógrafo Pedro Kok y el arquitecto Gabriel Kogan, hijo de Marcio Kogan, cabeza de MK27 junto a Samanta Cafardo, el vídeo muestra los rincones de esta construcción de una sola planta y 700 metros cuadrados, hecha básicamente de vidrio y hormigón.

Y con el sello de MK27: crear una continuidad entre el interior y el exterior, un diálogo entre la casa y su entorno, ubicado en lo alto de una zona de suaves colinas en Quinta da Baroneza,  a una hora al norte de la ciudad más grande de Brasil.

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Lo que no es ficción es el nombre de la casa. Lo de reducida se debe a que la vivienda parte de dos plataformas de hormigón. Una es el suelo, elevado medio metro, y la otra es la cubierta de la casa.

En medio del sándwich, cuatro grandes volúmenes unidos por corredores pero diferentes en la función y los materiales empleados. La primera es la zona más pública: la cocina y el salón. Una pantalla de vidrio la protege de y la conecta con el exterior dando la sensación de un espacio infinito, a lo que contribuye el salón diáfano.

La segunda y la tercera zona son los dormitorios y la sauna. Siendo la zona más privada, aquí es una película de madera la que oculta el interior, diseñado por el propio estudio y la interiorista Diana Radomysler. Puesto que no es del todo opaca, la luz que se filtra por la noche confiere a la casa el aspecto de una caja de luz.

Por ultimo está el garaje. Fuera, la vivienda cuenta con una piscina, que no solo sigue las líneas geométricas de la casa sino que se eleva también sobre una estructura de hormigón, a modo de extensión de la plataforma principal.