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Mecanoo diseña el Museo Marítimo de la isla de Texel, un viaje al siglo de oro Holandés.

En los siglos XVII y XVIII los navíos de la flota de la compañía utilizaban la isla de Texel como punto de partida para las expediciones al Lejano Oriente. Los barcos esperaban allí la llegada de vientos favorables antes de levar anclas y navegar hacia tierras lejanas. En ese tiempo se llevaban a cabo trabajos de mantenimiento, se avituallaban, y las familias de los tripulantes se despedían de sus seres queridos antes de partir. Muchos pintores visitaban el puerto de Texel para representar a la flota holandesa. Kaap Skil, el nuevo Museo Marítimo situado en la aldea de Oudeschild, tiene la propiedad de transportar a sus visitantes a esa época del siglo de oro holandés.

La silueta de este museo diseñado por la prestigiosa firma de arquitectos holandeses Mecanoo está caracterizada por la presencia de cuatro asimétricos tejados a dos aguas que hacen referencia al ritmo de las cubiertas de los alrededores y que, vistos desde el mar, se asemejan a las olas que se levantan por encima del dique.

Texel es la más grande de las islas frisias, y a su vez la más occidental. Está situada entre el mar de Frisia (al este) y el mar del Norte (al oeste), al sur de la isla de Vlieland y al norte de la provincia de Holanda Septentrional, a la cual pertenece administrativamente. Cada año un millón de turistas visitan la isla, que sólo es accesible por avión, barco o ferry. Pero muy pocos, sin embargo, están familiarizados con la historia gloriosa de Texel y sus vínculos con la Compañía Holandesa de las Indias Orientales.

 

 

El viejo dicho de «El mar devuelve todo lo que se lleva” – que durante siglos ha inspirado a los habitantes de la isla a la hora de construir sus casas y graneros a partir de la madera de barcos varados o naufragados – ha sugerido también en esta ocasión el diseño de la fachada del edificio, que es un buen ejemplo de esta antigua tradición de reciclaje. Las tablas verticales de chapa de madera provienen del Canal de Holanda del Norte y – al igual que a los objetos de la colección del museo – se les ha dado una nueva vida.

En el interior del museo, la fachada de cristal situada detrás de los tablones de madera permite admirar los famosos cielos del norte de Holanda, y ofrece al visitante vistas panorámicas de los jardines del museo y del pueblo de Oudeschild.

Las sombras lineales que dibuja el cerramiento de madera contribuyen a crear una atmósfera mágica y protectora.

La entrada y la cafetería del museo constituyen una transición entre la instalación en la que se encuentra el diorama sobre el puerto de Texel del sótano, y la exposición de arqueología subacuática del primer piso.

El contraste entre estos dos ambientes ha sido reforzado por diferentes efectos luminosos y espaciales.

En el nivel bajo rasante, los visitantes son atraídos por proyecciones y animaciones con las que se consigue crear una atmósfera íntima y misteriosa.

En el primer piso, los objetos provenientes de las inundaciones del norte de Holanda parecen flotar en el espacio gracias a las vitrinas de vidrio con marcos de acero en los que se exhiben.

Fotografías cortesía de Mecanoo realizadas por Christian Richters y Mecanoo Architecten.

 

Más sobre Mecanoo

Mecanoo, firma de arquitectura holandesa fundada oficialmente en Delft en 1984, está compuesta por un equipo multidisciplinar de más de 90 profesionales de 25 nacionalidades diferentes, que incluye arquitectos, diseñadores de interiores, urbanistas, paisajistas y arquitectos técnicos. La compañía está dirigida por su fundadora, la arquitecto Francine Houben, y el director técnico Aart Fransen. Mecanoo ha diseñado viviendas, rascacielos, ciudades, escuelas, teatros, bibliotecas, hoteles, museos… Cada proyecto tiene un carácter único y trata siempre de equilibrar el pragmatismo con el diseño.

Más sobre Mecanoo en diarioDESIGN.

Texto de Arantza Álvarez.

 

 

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