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El Celler de Can Roca traslada su fantasía a Rocambolesc, una heladería de cuento en Girona.

Rocambolesc es el nuevo proyecto de los hermanos Roca, un local en Girona para degustar los postres del Celler de Can Roca en forma de helados. El espacio, diseñado por el estudio Sandra Tarruella Interioristas, respira la misma creatividad que ha convertido a Jordi Roca en uno de los mejores reposteros de restaurante del mundo. Y es que Rocambolesc no sólo vuelve al origen de las antiguas heladerías sino que, además, incorpora la estética fantasiosa de Charlie y la Fábrica de Chocolate o el Profesor Frank de Copenhague.

A través de unos estudiados detalles en el interiorismo, el equipo de Sandra Tarruella ha creado una heladería de aspecto vintage pero sobre todo un espacio de cuento, divertido y lleno de imaginación.

La clave del éxito en el trabajo de Olga Pajares, responsable del proyecto en colaboración con Ricard Trenchs y Elsa Noms, está en la elección de elementos tradicionales y en el empleo de algunos recursos imaginativos. En Rocambolesc hay, por supuesto, un mostrador en forma de carrito de helados pero también unas tijeras que se transforman en estanterías.

El principal elemento que transporta a los clientes a un mundo de fantasía es la pared frontal del local, que representa una máquina de fabricar helados, con todas las espirales, luces y engranajes que caracterizan a estos artefactos.

La máquina, no sólo da la sensación de llevar ahí toda la vida sino que además, funciona. Es la encargada de preparar los pedidos, emitiendo luces y sonido. Ramón de los Heros ha sido el responsable de la escenografía de la pared.

En cuanto a los guiños a las heladerías tradicionales, destaca un espejo que sirve para escribir los sabores y productos de Rocambolesc y un banco-bicicleta, de Andreu Carulla, que también recuerda a los carritos de helados.

El interiorismo se completa con otros detalles de aire industrial como los ventiladores de aspa o los conductos de acero.

Los materiales y colores también han sido importantes a la hora de conseguir el efecto buscado. La madera, empleada en el suelo y las estanterías, y el azul pastel en la pared frontal contribuyen a mundo de fantasía y proporcionan un ambiente acogedor y luminoso.

Rocambolesc también ha querido homenajear a Can Roca con un dispensador de tarrinas hecho con lamas verticales de madera de roble que recuerda al restaurante, situado también en la misma ciudad.

En esta misma pared un juego de tuberías recorre el espacio convirtiéndose en dispensadores de bolsas, cucharillas o servilletas.  Rundesign se ha encargado del diseño gráfico.

Fotografías: Meritxell Arjalaguer

 

Heladería Rocambolesc
C/ Santa Clara, 50
Girona
www.rocambolesc.com
 
 

 

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